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No se entiende por qué los millones que se están gastando en bonos de 500 dólares para los estudiantes sin cupo en las escuelas públicas no pudieron usarse en las vacaciones para concluir el reacondicionamiento de planteles. No acabamos de dejar atrás las trastornadoras improvisaciones por falta de planificación. Tampoco se explica por qué desde una entidad estatal se habla de pagos en dólares a padres de los alumnos, cuando el sistema monetario del país es en pesos. Las autoridades no han dado una justificación convincente a la medida, con lo cual no queda más que asumirla como otra de nuestras acostumbradas imprevisiones, pese a que se trata de recursos públicos. l