La inflación y el costo de la vida fueron la principal motivación de los estadounidenses para votar por el ahora nuevamente presidente Donald Trump. El “bolsillo” fue con todo y todo lo que inclinó la balanza a favor de Trump, que ahora queda como demagogo en ese sentido. Aseguró que bajaría “inmediatamente” el costo de vida y hasta ahora sigue igual, y no hay señales de baja. Cuando le señalan el problema se limita a politizarlo, a atribuírselo a Joe Biden, su antecesor. Para más, se teme que su política de aranceles redunde en más inflación. Mientras, la agenda de derecha está llamada a seguir emocionando a los trumpistas.

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