Ante la inacción de la comunidad internacional y el pronunciado deterioro de la crisis en Haití, muchos celebran que desde un organismo regional como Caricom se haya tomado la iniciativa de un Consejo de Transición que convoque a elecciones. Pero hay que pensar también si eso signifique que ni la OEA ni la ONU cuenten mucho ya en el caso haitiano y qué implicaciones geopolíticas habría en ello. Bueno, en lo inmediato, dos inquietudes obligadas: ¿podrá ese Consejo neutralizar a las bandas criminales?, ¿quién garantizará la integridad de sus miembros en la nación que ya no es solo la más pobre, sino también la más insegura del hemisferio?