Movimientos migratorios no son nada nuevo, bien sabemos. Desde que hay humanos los ha habido y no hay ninguna sociedad en que no haya influido la migración. A nuestro país siempre han llegado migrantes, mayormente los haitianos. Nosotros también migramos. A Alemania desde 2014 han llegado a pie más de un millón de sirios buscando asilo; de Venezuela han huido 2.3 millones, según la ONU, muchos también a pie a los países vecinos. Ahora tenemos que unos 7,000 hondureños caminan hacia Estados Unidos. Es la historia de siempre, gente que huye de guerras, dictaduras, pobreza, hambre o violencia. Nada nuevo, pero ahora el fenómeno acapara como nunca la atención; la magnitud de la inmigración la ha vuelto problema nacional. Donald Trump enfila su respuesta a “la caravana”.