Hay gente que por más que quiera no puede ahorrar. Pero puede ser que aún pudiendo hacerlo, no lo hagamos, por falta de cultura de ahorro en una sociedad que no promueve ahorro sino el consumismo. Mentalidad corriente es que “el ahorro no es para mí”, cuando eso es un principio financiero básico que debemos aprender desde la infancia. Tener cultura de ahorro nos da beneficios, como disponer de un fondo para contingencias como gastos imprevistos o baches o apuros económicos, o incluso nuestro eventual retiro en un país como el nuestro, donde no todos contarán con pensión y, encima de eso, se prevé que las pensiones serán insatisfactorias.