Hoy es el Día Mundial del Agua, establecido por resolución de las Naciones Unidas para que la humanidad comprenda la importancia de conservar un bien tan esencial para la existencia.La hemos derrochado tanto, y la dañamos cada día, sin comprender, en el sentido más sencillo, lo útil que es.
Sin ella simplemente la vida no es posible en la tierra. Nos sacia, y en cada gota nos deja tantos nutrientes esenciales. Pero eso es casi nada si descubrimos su fuerza transformadora, en la que tampoco pensamos.
Zonas inmensas en el globo terráqueo, en el país, que sin el agua simplemente la vida no sería posible. El agua que corre por los ríos transforma la tierra, y cuando el hombre logra dominarla, como al represarla en las presas, o conducirla por los canales o tuberías, modifica regiones, permite la explotación de grandes extensiones que cambien la forma de vida de los pueblos.
Ayer este diario recordó que el agua también es fuente de energía. Sin ella muchos países no tendrían la capacidad para iluminar y potenciar su fuerza productiva. Igual, los procesos industriales no serían posibles sin agua.
Higieniza. Es fundamental para los programas y servicios públicos. En los hospitales, escuelas, donde quiera que los humanos desarrollamos actividades.
Y ni hablar en los hogares. Pensar que todavía miles de familias en el país, millones de personas en el mundo, no disfrutan de agua de calidad ni tienen la suficiente para impulsar su fuerza productiva.
Un recurso como ese, tan necesario, tiene que ser protegido, conservado, promovido, y como se dice ahora, “sembrado”. Hay que adoptar prácticas de siembra de agua, mediante la protección de las cuencas y los cauces de los ríos. Así como impulsar el manejo adecuado en las zonas urbanas.
Es un recurso que si bien se puede reciclar y renovar, es agotable. Es la gran amenaza que pende sobre el planeta.
Cuidar el agua, como se ha dicho siempre, es cuestión de vida. En su día, defendamos tan fundamental recurso.