Las personas agradecidas nos mostramos dichosos y satisfechos por los favores, servicios o atenciones recibidas. Constantemente reconocemos a la vida por lo que tenemos, lo que somos, por la salud, nuestra casa y por un sin fin de emotivos nos circundan para dar gracias cada día.
Agradecer no es cumplir. Es un grato sentimiento que regocija a quienes lo manifiestan genuinamente y a quienes lo reciben con humildad. Se siente en el corazón, nos da alegría y favorece la empatía.
Agradecemos con actitud humilde y de forma simple, pero su valor es incalculable y nos hace grande.
“El agradecimiento es la memoria del corazón”. Lao Tsé.