E l esfuerzo independentista de Duarte debió lidiar con la objeción de pro haitianos y conservadores pro europeos, así como otros grupos oligárquicos criollos. Los muchachos de la loca independencia no escatimaron esfuerzos para doblar el pulso de esos grupos recalcitrantes que sólo procuraban beneficios personales, y que, como sostiene Duarte “en lo que no se ponen de acuerdo nuestros libertos es en lo del amo que le quieren imponer al pueblo”.
Duarte trasciende el tiempo, inspira las energías para articular proyectos de nación que fortalezcan las instituciones públicas y la vida social. Duarte político funda La Trinitaria como el instrumento para concienciar a la población. Solicitar a sus hermanos que pongan al servicio de la patria el patrimonio familiar es un ejemplo genuino que debieran emular los políticos criollos, quienes en su visión entienden la política para el beneficio personal. Duarte tenía una visión platónica de la política, la concebía como la ciencia más pura, capaz de unir diferencias y armonizar las relaciones de poder entre individuos, grupos y naciones.
Duarte joven, es el arquetipo a propagar. Los trinitarios y los restauradores fueron jóvenes que impulsan la independencia y la restauración contra los españoles. No basta con desfiles escolares, arreglos florales, cátedras de moral y cívica para recuperar la memoria. El ejemplo de Juan Pablo Duarte debe aparecer en el estilo de vida de los funcionarios, en la pulcritud del manejo de fondos públicos, en la rendición de cuentas para los gobernantes, pero también en el ejercicio de la empresa privada en su relación con el Estado.
Duarte para los jóvenes: conocer su legado, sacrificio, apuesta al porvenir, fortalecimiento de la dominicanidad es una meta a fortalecer. La mayoría de la población dominicana es joven, menos de 40 años y a ellos hay que insuflar el ejemplo del Padre La Patria.