Desde hace ya varios años, de manera consistente, diferentes actores de relevancia empiezan a cuestionar, la inversión del 4% del PIB para el sector educativo.

Una inversión que no ocurrió de manera antojadiza. Si no como consecuencia de una de las más importantes luchas sociales en la historia del país y de la voluntad política de los gobiernos, que, de seguro, a veces desearían poder invertir parte de esos recursos en otros sectores.

Los recientes resultados de PISA 2022, muestran por primera vez, avances en materia de calidad educativa, que incluyen, el progreso de 16 puntos netos con referencia a la medición anterior, además de un ascenso de dos posiciones en el ranking de los países evaluados.

Muchos son los que ven este, como un avance pírrico, poco relevante y de nuevo discuten si tiene sentido la inversión de tantos recursos en el sector educativo.

Al evaluar los resultados de PISA con más profundidad se pueden desarrollar inferencias válidas en relación con el tema. Según PISA, el mayor gasto acumulado por estudiantes se asoció a mejores resultados y mientras que el límite visto para esa inferencia en los países evaluados fue de USD 75,000, el promedio de gasto en RD para ese grupo de estudiantes fue de USD 46,000.

Cuando se compara los resultados del país, con el de otros dentro de la región latinoamericana, se puede ver de nuevo el peso de la inversión en la consecución de los objetivos. Los países con mejor desempeño en PISA en latinoamérica fueron a su vez naciones que hacen inversiones superiores a la nuestra en terminos netos y relativos; Chile (5,2%), Uruguay (4,4%), México (4,6%), Brasil (5,8%), Argentina (4,6%) y Perú (3,9%). Frente al 3,8% invertido por República Dominicana. Nuestra inversión está muy por debajo del promedio de los estados miembros de la OECD que para el año de referencia fue de 5,0% de su PIB e incluso que el promedio de la inversión en América Latina y el Caribe, que alcanzó 4,1%.

Agregado a este elemento es importante considerar la importancia de la consistencia, la mayoría de los países con buenos resultados llevan décadas haciendo importantes inversiones.

Estos datos básicos, nos permiten ver una realidad en perspectiva. El nivel de la inversión sin dudas está asociada a los resultados. Así, una gran inversión no necesaria o espontáneamente representará mejoría de la calidad educativa, pero sin ella conseguir mejores resultados es simplemente imposible.

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