El modelo de gestión Público-Privado se basa en una visión dicotómica de la realidad. La naturaleza del sector privado está marcada por la búsqueda de rentabilidad, mientras al público le corresponde proteger intereses colectivos. Responsable de crear, mejorar o transformar las estructuras garantes de derechos de las mayorías y minorías diversas.
La disparidad de intereses entre sectores complejiza la pretensión de implantar ese modelo de gestión, donde uno neutraliza al otro, e invisibilizan juntos a la sociedad civil, cuyos intereses son dispares al corporativismo.
Si bien el Estado regula y protege los intereses colectivos mediante las leyes, Montesquieu explica que esas inciden en el ámbito público, pero no en el ámbito doméstico o privado (no corporativo), donde imperan hábitos, usos y costumbres. Donde familia, iglesias e instituciones comunitarias, tienen la preeminencia. Además de los intereses de la sociedad civil, representados por asociaciones gremiales, clubes etc., que extienden a la comunidad un servicio, cuyos aportes en casos apenas alcanzan para su sostenibilidad.
En este momento histórico, en que organismos de cooperación, como USAID, cierran sus puertas, y cortan los subsidios, arriesgando organizaciones territoriales que nunca debieron depender de cooperación internacional; nos preguntamos ¿cómo funcionarán las instituciones sociales, dependientes de subsidios?
Invitamos a una visión triádica de la gestión pública, donde las instituciones civiles modifiquen su naturaleza jurídica, para poder actuar como empresas sociales (modelo B Corp). Visto que grandes empresas han incorporado fundaciones, permeadas de sus intereses, llegando a competir por fondos de cooperación, contra fundaciones sociales con décadas de trayectoria, e intereses claramente finalizados a fortalecer el tejido social.
Necesitamos abrimos a modelos de gestión donde las instituciones sociales con un histórico rol protagónico y participación organizada, no sólo vigilan el cumplimiento de leyes, sino que junto al Estado construyen y fortalecen de manera sostenible, el tejido social desde dentro.