“Vienen ya días de amar la casa que habitas, días de amar la tierra vegetal, flor y animal; vienen ya ríos con aguas sin envenenar, agua que beben los que tienen sed igual que usted”. Así versa una estrofa de la canción Días de amar, de Guardabarranco. La canción es un grito de optimismo ante las diversas formas de destrucción que enfrenta el planeta.

Cuidar el medioambiente es también una cuestión de ciudadanía, y la escuela tiene gran responsabilidad en ello, como espacio de formación integral. Afortunadamente el Ministerio de educación de la República Dominicana tiene plena conciencia de ello, por lo que incorpora en su diseño curricular el eje transversal de desarrollo sostenible. Con esto se busca identificar, analizar y hacer un estudio crítico de los factores de riesgo para el medioambiente como son: cambio climático, contaminación y deforestación, para la búsqueda colectiva de soluciones.

Sin embargo, no es suficiente su incorporación en el currículo para generar cambios significativos respecto al cuidado del medioambiente. Sigue siendo un desafío que las aspiraciones del MINERD se traduzcan a acciones. Hace falta que desde la escuela se diseñen proyectos educativos en los que se prioricen actividades que tributen al desarrollo sostenible y se cree una conciencia colectiva acerca de la relación del hombre con el medioambiente, las formas en que puede cuidarlo o destruirlo y que, al mismo tiempo, los alumnos se conviertan en promotores de las políticas de preservación y cuidado del planeta.

Solo formando ciudadanos conscientes y que participen de forma activa en las propuestas para mitigar los problemas medioambientales podemos hacer realidad el canto de Guardabarranco: “Vienen ya bosques, pulmones de la gran ciudad. Selvas que aroman en la oscuridad, noches de paz. Que hacía falta a la humanidad, no es natural que el planeta tanto ande mal; que el hombre agreda al hombre, que el hombre agreda al animal, al vegetal”.

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