Uno de los retos que aún tienen por delante las autoridades del Ministerio de Educación, que además es de gran preponderancia para echar adelante los procesos de enseñanza en condiciones óptimas, es el concurso de oposición docente. Con este concurso se espera atender varias necesidades del entorno educativo, sin cuya atención y resolución habrá repercusiones en la educación de la población estudiantil y perjuicios en el sistema educativo dominicano.
Entendiendo la urgencia de resolver la necesidad de docentes y otras funciones que demandan los centros educativos para cumplir con los roles que garanticen el ambiente escolar adecuado y los procesos de enseñanza-aprendizaje se inició el proceso para escogerlos. Este proceso, además de necesario, era muy esperado y reunía una cantidad de expectativas por todos en la sociedad, por los aspirantes a la docencia y otras funciones; por la administración de los centros educativos, por los padres, madres y tutores.

Las expectativas hacia al concurso no solo surgen por el hecho de ser indispensable para el sistema educativo, sino que a esto se suma el hecho de que este proceso ha sido foco de atención por su transparencia y resultados. El concurso de oposición docente iniciado en este año escolar, y para desaliento de todos, no ha sido la excepción.

En estos momentos el proceso se encuentra pausado para ser evaluado y retomado con mejores garantías. Ahora bien, ante la urgencia conocida por todos habría que asumir una actitud reflexiva que motive la búsqueda de soluciones y evitar la acción retardada, por ello surgen preguntas como: ¿Cuáles son los procedimientos que se están realizando para evaluar el proceso?
¿Cuánto tiempo implicará la revisión y reposición del proceso de concurso de oposición docente? ¿Cuáles son las medidas establecidas para subsanar la necesidad en la realidad educativa actual y que tan acertadas han sido?

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