“Si quieres ser sabio, aprende a interrogar razonablemente, a escuchar con atención, a responder serenamente y acallar cuando no tengas nada que decir”
Johann Kaspar Lavater
Con estas palabras, y refiriéndose a lo que debe ser el accionar de la Iglesia Católica frente a los jóvenes, reflexiona la Conferencia del Episcopado Dominicano en su Carta Pastoral del 21 de enero del 2019. Palabras sabias que me llamaron la atención desde que las leí, porque debe ser el proceso que todos debemos agotar antes de tomar cualquier decisión en nuestras vidas, no solo frente a los jóvenes.
Nos invitan a una escucha activa, de verdadero interés por entender al otro desde su perspectiva, no de la nuestra. Pensar y reflexionar juntos, examinando los pros y los contras de las diferentes opciones antes de reaccionar; a no juzgar lo desconocido, a no descalificar sin tener una mejor propuesta; a documentar y argumentar las nuestras.
Hemos llegado a un punto en que todo lo queremos rápido y en el que la primicia tiene mucho valor; un mundo en que la inmediatez ha desplazado el procesamiento de la información para cuidar el contenido y la forma; un mundo de emociones desenfrenadas y rápidamente publicadas.
Tenemos que parar, hacer un alto y reflexionar sobre las consecuencias que ya comenzamos a ver en el comportamiento de quienes han querido responder a este ritmo; problemas de salud física y mental, una sociedad cada vez más violenta donde decir “eso es el stress” se ha convertido en una moda. Esa moda no es graciosa, no es necesaria, no es buena; ¿Por qué no invertimos energía en prevenirla, en buscar opciones de convivencia armoniosa que nos lleve a vivir en paz con nosotros mismos y luego con los demás?
Les invito a reflexionar sobre este tema.