Desde la antigüedad, la literatura ha sido un medio de expresión, un mecanismo de denuncia, un grito contra la exclusión social, abuso de poder y violación de derechos. La literatura es un escenario en el que conviven relatos cotidianos del pueblo, testimonios de hombres y mujeres vulnerados, manifestaciones de patriotismo y democracia que se pueden aprovechar desde la escuela para generar la reflexión y criticidad de los estudiantes en relación con las problemáticas sociales en la actualidad.
Uno de los géneros literarios que se puede tomar como modelo en este ámbito es la poesía social. Este surge en España, después de una de las más férreas dictaduras: la del general Francisco Franco. Surge como un medio de denuncia ante las injusticias y atropellos al pueblo, y entre otras cosas, defiende la libertad de expresión: un derecho fundamental en la construcción de sujetos democráticos.
En el caso de la poesía social dominicana, la cual se nutre de problemáticas sociales diversas como la negritud, esclavitud, invasiones y dictaduras, constituye un escenario a través del cual se puede generar la reflexión acerca de cómo han marcado estas problemáticas el pensamiento del hombre dominicano, cómo se ve reflejada en el presente la herencia cultural y cómo afecta el colectivo social dominicano en la exhibición de valores democráticos ciudadanos.
Finalmente, un ejemplo de lo oportuna de la poesía social para cultivar la democracia y la ciudadanía, además del goce estético, es el poema Ni un paso atrás de Pedro Mir: una permanente evocación del patriotismo: “Ni un paso atrás soldados y civiles (…)”. Una invitación constante a la defensa de la libertad: “Que en la lucha del pueblo se confirme, – sangre y sudor – la nacionalidad”.