“Los hijos e hijas son la fuente de luz que ilumina la vida de los padres. ¿Se iluminan cuando los ves entrar en tu habitacion? …
Maya Angelou
Luz Marina Cortázar
Nos introducimos en los avatares de la vida y olvidamos la importancia de la alegría y del amor en la familia, ingredientes fundamentales para el sano desarrollo de los niños. Muchas veces actuamos por miedo al qué dirán, por expectativas quizás altas, por culpa, por decepción o por enojo. Estas sensaciones son señales de que no estamos experimentando la alegría y el amor en la familia. Y no es que ignoremos algunas acciones, es que convertimos ese estado en algo permanente y no encontramos formas adecuadas para disciplinar.
Cuando aprendemos a disciplinar desde el amor y la consciencia, en la vida del hogar y en la escuela, se vive con seguridad y alegría.
Prestemos atención a nuestros pensamientos y sentimientos, si la mayor parte del tiempo, estos son negativos, nos estaremos alejando del amor y la alegría, y a nuestros hijos de los comportamientos positivos.
A veces queremos castigar para que aprendan. Sin embargo, las reacciones violentas no sirven a largo plazo, ni promueven valores, ni construyen la ética.
Debemos aprender de lo incansable del niño cuando empieza a caminar. Ellos se caen y se levantan, no se critican por no haberlo hecho bien. Quisiéramos ser padres perfectos, pero simplemente no lo somos. Somos padres perfectibles que podemos mejorar cada día.
Les invito a que reflexionemos acerca de educar con amor y consciencias y para lograrlo es importante seguir 4 pasos para hacer que nuestros hijos sean colaboradores.
Comprenda los sentimientos de sus hijos, asegurándose que él o ella estén en lo correcto.
Muestre empatía. Es decir, hágale entender que usted, en algún momento, se sintió igual
Comparta sus sentimientos y sus percepciones.
Ayúdelo a enfocarse en las soluciones.
Para lograrlo es importante educar desde el respeto mutuo y con un amor incondicional.