Juan Pablo Duarte nació el 26 de enero de 1813 en Santo Domingo su padre fue José Duarte y su madre Manuela Diez Jiménez. Desde muy joven se preocupó por la realidad social y política del contexto en el cual se desenvolvió, asumió compromisos y responsabilidades sociopolítica por la realidad que vivía nuestro país, desde muy temprana edad fue un liberal, carismático, lleno de sueños, utopías, conocedor de hechos y acontecimientos libertarios ocurridos en otros países del continente europeo y en los Estados Unidos en el siglo XVIII, sus conocimientos lo llevó a crear una sociedad secreta, llamada, La Sociedad Secreta La Trinitaria que fue una estrategia política que tenía el objetivo de realizar acciones tendentes a independizar a nuestro país de la ocupación haitiana y formar el Estado independiente que llamarían República Dominicana.
Duarte tenía ideas libertarias, en esos momentos creía en los cuatro poderes del estado incluyendo el municipal, poder que hoy sigue pendiente en el régimen republicano. Dentro de su ideario se puede evidenciar que, en sus sueños, pensamiento y prácticas tenía concebido la necesidad de la participación política contra quienes ejercen mal en el Estado, porque tiene vigencia citarlo: “Nunca me fue necesario como hoy el tener corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la patria”. Hoy por hoy esta frase sigue estando vigente porque nos encontramos en una sociedad con carencia de salud, educación, vivienda, depredación del medio ambiente, entre otros, sigue permaneciendo en el país un grupo de hombres y mujeres que no tiene corazón ni juicio que conspiran contra la patria cuando no respetan el erario público haciendo uso de ellos como si fuese una herencia de sus familiares.
En ese orden, es necesario continuar formando ciudadanos y ciudadanas que sueñen, con utopías y sobre todo que adquieran los conocimientos, habilidades y competencias necesarias para que se recree una patria con las ideas libertarias que respondan a nuestros tiempos donde se respeten los derechos fundamentales, se apliquen los fundamentos constitucionales y se manejen con transparencia los recursos puesto bajo su responsabilidad, dándoles rendición de cuentas a la ciudadanía.