Para el común de la gente es posible que no exista relación entre el uso de las palabras y aportar o destruir. Así puede deducirse si tomamos en cuenta la manera en que se usa el idioma. Las palabras son expresión del pensamiento. Si no existieran las palabras, ¿cómo nos la ingeniaríamos para que los demás conozcan lo que pensamos? ¿Cómo haríamos para ponernos de acuerdo?
Sencillamente, primero de forma oral y luego escrita, las palabras han servido para expresar y estimular el pensamiento, para lograr entendimiento y construir comunidad, para poner en común ideas, anhelos y sueños, para transformar el entorno y construir una nueva realidad. Ojalá iniciemos una ruta que inicie por conocer las palabras, reconocer y recordar su real valor (que termina siendo referente del valor nuestro), y continúe por adentrarnos en el más adecuado uso de una herramienta que, además de facilitarnos la existencia, es reflejo de nuestra esencia y de nuestros valores como seres humanos.