¡Hola, queridos lectores de elCaribe! Viene a mi mente una conversación con una muy querida amiga que conocí en la universidad, amistad que conservamos de manera profunda en la actualidad. Su nombre es Fátima y, como pueden leer, le he colocado la tilde a la “a” de la primera sílaba, tal como manda la regla en el caso de las palabras esdrújulas.
Apuntemos, como nota recordatoria, que las palabras esdrújulas tienen su acento en la antepenúltima sílaba y siempre se les marca la tilde, como los casos de recóndito, libélula, ecológico, ángulo, químico, entre otras.
Ahora bien, en el caso de mi amiga Fátima, con tilde, cuando un día me escribió su nombre, no recuerdo en qué contexto, vi que lo redactó sin tilde y le pregunté que por qué lo hacía. Su respuesta fue que en su acta de nacimiento no tiene la tilde, y me quedé estupefacta, porque por ese error gramatical que cometieron en el registro civil, hemos estado pronunciando mal su nombre toda la vida.
Pues sepan ustedes, mis queridos lectores, que los nombres propios sí tienen ortografía, incluso los de las personas.
Cuando nacemos y nuestros padres nos llevan a registrar, son muchos los errores que se cometen en las oficialías al momento de escribir nuestros nombres y apellidos, tanto en la utilización de letras como en tildes.
Dice la RAE que, en cuanto a la utilización de letras, se debe respetar la forma como nos registraron y que, si nuestros nombres y apellidos por reglas de acentuación de palabras llevan tilde, así nos hayan registrado sin ellas, hay que ponerlas, debido a que son términos comunes y, como tal, deben cumplir con todas las normas ortográficas.
“Los nombres propios en español deben someterse a las reglas de acentuación como el resto de las palabras”, es la repuesta ante esta consulta que encontramos en la página oficial de la RAE.
Ante la pregunta de si los nombres propios se pueden escribir como se quiera, la RAE responde lo siguiente: “No. No es cierto que los nombres propios puedan escribirse de cualquier forma, sino que poseen una grafía fijada por la tradición y se acentúan gráficamente según las reglas. Si un nombre está mal acentuado en el registro, debe corregirse”.
¡Así que ya lo saben! Independientemente de que en el registro nos hayan escrito sin tilde el nombre, debemos colocarlo y buscar la manera de que se corrija, porque en el caso de mi amiga, su nombre sin la tilde no sonaría como lo entonamos quienes la conocemos.
¡Gracias por leerme!