Según anunció el presidente de la comisión especial, designada por el Senado de la República para conformar las ternas de los miembros y suplentes que habrán de integrar la Junta Central Electoral para el cuatrienio 2020-2024, las mismas serán sometidas en el día de hoy para ser ponderadas y decidida su elección por la Cámara Alta.
Como mucho de los lectores sabrán, decidí someterme al proceso de selección. Lo hice conciente de que asumir un compromiso de tal naturaleza -si resultara seleccionado- implicará un gran sacrificio para mi y mi familia, pero también lo hice dispuesto a servir, una vez más, a mi país.
Pienso que cumplo con el perfil demandado. Nunca he estado inscrito en partido alguno y sólo me he dedicado a la actividad profesional ya sea como académico desde hace 25 años, ya sea en la labor como juez que ejercí durante 15 años o desde el ejercicio liberal de la profesión.
En mi ejercicio como abogado me ha tocado trabajar con políticos y asistir técnicamente a muchos de ellos, de todas las banderas y colores. Ni siquiera eso me ha animado a la actividad política partidista.
He afirmado que, de ser elegido, propondría la implementación de varias y novedosas decisiones, incluyendo, la erradicación del matrimonio infantil, la instalación de salas de consultas en el registro civil, el fortalecimiento de la persecución contra los delitos electorales y contra la suplantación de identidad, entre otras importantes reformas.
Creo que la Junta Central Electoral necesita ser relanzada para rescatarla de su deteriorada imagen y que deben implementarse todas las mejoras técnicas necesarias para consolidar los avances que se hayan podido realizar en las recientes gestiones.
Para el momento en que se publique este artículo la suerte estará echada, las ternas estarán sometidas y colocada en manos del Senado de la República la decisión final.
En lo que a mi respecta solo resta dar gracias a Dios. Estoy confiado en que mi destino está puesto en sus manos y que lo que ocurra conmigo será el resultado de lo que Él entienda mejor para mí y eso lo acepto humildemente, sin condiciones algunas.
Mientras que, a todas las personas e instituciones que manifestaron su público respaldo a mi postulación les diría, a la manera de Don Pedro Vargas: «¡muy agradecido!, ¡muy agradecido!, ¡muy agradecido!»