Obviamente, más allá de las presiones y del poco apoyo del Poder Judicial, el juez debe tener presente las supuestas palabras grabadas en la espada de César Borgia en francés antiguo: “Haz lo que debas, y suceda lo que tenga que suceder”. Esta especie de imperativo categórico, pero obviamente aplicado en procura de impartir justicia, debe estar en la base de sus decisiones. Además juró hacerlo, pero sé que no es fácil dentro de lo árido de nuestro malogrado sistema de justicia. Los jueces están solos, cada vez más solos, y es imposible para una golondrina hacer verano.
A todo esto, (V) el Ministerio Público no tiene ataduras en sus actuaciones, lño que lo convierte en una especie de supra poder. No lo ata la ley, no lo ata la política, no respeta instituciones, no tiene frenos ni contrapesos y abusa de ello. Incluso se permite accionar por venganza. Obvio, no todos son así, muchos ministerios públicos son honestos, responsables y objetivos; y me parece que quien le encabeza en este momento hace lo posible por corregir esas prácticas, pero no es fácil romper ese esquema.
Dentro del Ministerio Público parecen existir corrientes que están obligadas a convivir, pero cuyos caminos son opuestos en la forma de encarar procesos y en el respeto a los derechos fundamentales.
Garantismo por un lado, populismo por el otro. Respeto a ley por un lado; falta de objetividad por el otro.
Limitación normativa por un lado; libertad total y falta de bridas, por el otro. El punto es que “el otro lado”, es el que lleva los procesos y traza la política mediática: fusilamiento moral de la contraparte y presión para los juzgadores. El asunto es ganar a toda costa.
Entonces, concluyo:
I) El poder político no se contendrá, es su naturaleza. Seguirá presionando al judicial, nombrando a los suyos y negándole recursos. La mejoría del sistema de justicia no debemos esperar, en lo inmediato, que comience allí.
II) Los factores externos operan según sus lógicas, los tradicionales mirando solo sus bolsillos y garantizando sus intereses de clase; y los modernos, como serían los canales de Youtube independientes, muchos con positivos objetivos, tienen el sesgo de que desconocen el proceso penal y le cargan el dado solo a una de las partes, haciendo una apasionada defensa del órgano acusador y no viendo de forma integral el tema.
III) El Poder Judicial no tiene una política de comunicación dirigida a defender a los jueces. Y, aunque no los está presionando con traslados, como antes, es tímida en el apoyo a sus miembros. Entonces, no podemos confiar en quienes lo dirigen para mejorar el sistema. Sus prioridades parecen ser otras.
IV) Del Ministerio Público no debemos esperar que cambie, que sea objetivo y menos mediático en sus procesos, incluso tienen agendas particulares muchos de sus miembros, no institucionales. Allí, hay poco que buscar.
V) La solución podría empezar por en el juez, individualmente hablando, y quizás en las asociaciones de jueces que le brinden el apoyo que le niega el órgano. Si los jueces aplican la ley y dejan constantemente de prevaricar, si logran resistir las presiones internas y externas, los demás actores tendrán que ajustarse. Y todos saldremos ganando.
¡He dicho!