El pasado martes, el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) auspició una conferencia magistral sobre “Diseño para el peligro sísmico, aislamiento de base y absorción de energía”, la cual estuvo a cargo del Dr. Luigi Di Sarno, quien es profesor de ingeniería sísmica en la universidad de Sannio, Italia, conferencia a la cual asistimos profesionales y estudiantes preocupados por la sismicidad de nuestra isla Hispaniola, que en el pasado histórico ha sufrido terremotos devastadores que han destruido a Santiago, La Vega, Azua y Cabo Haitiano, y donde en el pasado cercano tuvimos un terremoto de magnitud 8.1 Richter ocurrido cerca de Nagua y de Samaná en fecha 4 de agosto de 1946, y el terrible terremoto ocurrido en Puerto Príncipe, Haití, el cual provocó 316 mil muertes en fecha 12 de enero de 2010; y todos sabemos que ya hay suficiente energía acumulada para que en cualquier momento se produzca un devastador terremoto en la costa nordeste.
Esa serie de conferencias magistrales sobre sismicidad será continuada al final de la tarde de hoy lunes con otra magistral conferencia titulada “Riesgo sísmico, respuesta sísmica local e interacción suelo-estructura”, la cual estará a cargo del Dr. Armando Simonelli, profesor de la universidad de Sannio, Italia, y quien junto al Dr. Luigi Di Sarno, cumple con una visita académica oficial que ha de concluir con la firma de un convenio de colaboración científica entre ambas universidades.
En su conferencia magistral, el Dr. Luigi Di Sarno puso especial énfasis en los modernos sistemas de aislación sísmica basal para proteger estructuras hospitalarias y escolares, sistemas que hoy día son muy utilizados en California, Japón, Chile, México, y otros países, sistemas sobre los cuales ya hemos hablado en ocasiones anteriores, ya que estos aislantes permiten que el valor de la aceleración sísmica del suelo se reduzca a una tercera parte al entrar al edificio luego de la interacción suelo-estructura, lo que implica que una aceleración sísmica inicial de 0.35g (0.35×9.81m/s2=3.43m/s2) medida instrumentalmente sobre un suelo flexible al momento de un fuerte terremoto, se reduce a una aceleración de 0.12g (0.12×9.81m/s2=1.18m/s2) en la base del edificio y en niveles altos del edificio, gracias a que el aislante sísmico puede disipar hasta el 70% de la energía inicial que sacude abruptamente el suelo flexible.
Pero no se trata simplemente de que al instalar aisladores sísmicos la aceleración sísmica en la base del edificio hospitalario, y en los niveles altos del mismo edificio hospitalario, se reduce al 30% del valor medido en el suelo de apoyo, sino que si el edificio hospitalario está construido sobre un suelo flexible capaz de amplificar el espectro sísmico, y no ha sido protegido con aislantes sísmicos, la aceleración sísmica experimentada por la estructura se va incrementando con la altura, pudiendo llegar a ser un 250%, o un 300%, más alta que en el suelo que sirve de base a la estructura hospitalaria, lo que quiere decir que una aceleración sísmica inicial de 0.35g (0.35×9.81m/s2=3.43m/s2) medida instrumentalmente sobre un suelo flexible al momento de un fuerte terremoto, se puede amplificar hasta una aceleración de 1.05g (1.05×9.81m/s2=10.30m/s2), por lo que al dividir 10.30m/s2 (sin aislante) entre 1.18m/s2 (con aislante) encontramos que la aceleración sísmica de un hospital sin aislante sísmico de base puede ser 873% más alta que la aceleración sísmica de un hospital con aislante sísmico de base, y es ahí donde está la razón por la cual estructuras hospitalarias sin aislantes sísmicos de base colapsan durante fuertes terremotos, y estructuras hospitalarias con aislantes sísmicos de base se quedan intactas durante fuertes terremotos.
De ahí la importancia vital de proceder a evaluar los tipos de suelos en los emplazamientos de las estructuras hospitalarias, y los espectros de respuestas sísmicas locales de estos suelos, para luego entrar en un correcto análisis de la interacción suelo-estructura, y proceder cuanto antes con un proceso de instalación de aislantes sísmicos en aquellos hospitales levantados sobre suelos flexibles, a los fines de garantizar que el día que se produzca el próximo gran terremoto todos nuestros hospitales respondan como verdaderos búnkeres sismorresistentes, ya que los hospitales deben ser, y tienen que ser, la primera línea de respuesta en los momentos inmediatamente posteriores a un gran terremoto, ya que cuando un terremoto produce miles de heridos, son los hospitales los lugares a donde son llevados esos heridos, y es frustratorio para los integrantes de una sociedad llegar a un hospital con mucha gente herida y encontrar el hospital total, o parcialmente, colapsado por el mismo terremoto que ha producido las heridas de quienes han sido llevados inútilmente al hospital que ahora está fuera de servicio, siendo muchos los países donde este drama humano ha estremecido, frustrado, enojado y enfurecido a millones de ciudadanos.
Protejamos todos nuestros hospitales con aislantes sísmicos de base.