Por más dificultades que tengamos, debemos proponernos ahorrar, para hacer inversiones y multiplicar nuestros pocos o muchos ingresos e ir construyendo un futuro que nos pueda garantizar la libertad económica.
Para poder ahorrar debemos someternos a un régimen fuerte de control de los gastos, incluso con los denominados consumos hormigas, que son aquellos pequeños diarios, como la compra de refrescos y otras menudencias, las cuales pueden hasta afectar nuestra salud física.
Una verdad repetida como una oración para el ahorro de recursos, especialmente de los asalariados, es guardar cada mes por lo menos el 10% de nuestros ingresos. Para hacerlo, solo debemos creernos que ganamos el 10% menos de lo que en realidad es.
Para solidificar el ahorro de dinero, debemos hacer un presupuesto, donde estén bien planificados nuestros gastos, a partir de los ingresos fijos, y tener una cuenta de ahorro exclusiva para depositar el excedente de los gastos.
Esa cuenta de ahorro no debe estar atada a tarjeta con la cual se pueda sacar dinero de los cajeros automáticos, para “dificultarnos” cualquier intento de violación de nuestros objetivos, frente a necesidades pasajeras, no prioritarias.
Luego de ahorrar una cantidad significativa en una cuenta bancaria, ese dinero puede ser invertido en algún instrumento financiero seguro, no con “mantequilla”, ni otros posibles estafadores.
Una buena opción es adquirir certificados financieros o bonos del Banco Central, del Ministerio de Haciendo o de empresas privadas, luego de asegurarse bien de cualquier riego que conlleva cada inversión.
Con esas inversiones financieras se pueden conseguir ganancias significativas, que pueden hasta triplicar los pírricos dividendos que se obtienen con una cuenta de ahorro.
Aunque el mejor camino para obtener la libertad económica es la instalación de un negocio de cualquier índole, luego de saber, por lo menos con un pequeño estudio de mercado, las necesidades del producto o servicio a ofrecer, para así minimizar el riego.
En definitiva, debemos dar cada día los pasos hacia nuestra libertad económica por ser dueño de nuestro o negocio o contar con los recursos suficientes para responder frente a cualquier necesidad o eventualidad de nosotros o la familia.