Al parecer, la vida de una gran parte de la población está supeditada a un me gusta o a un visto, porque hacen todos los disparates, tonterías y sinrazones para lograrlo.
Lo peor de esa situación es que la mayoría de los seres humanos, especialmente niños y jóvenes, alimentan su cerebro con la basura que se escupen por las Redes Sociales.
El engaño y la simulación están presentes en los shows y películas realizadas por las Redes Sociales, con la apariencia de actos espontáneos y eventuales, con la simple intención de atraer seguidores, para, a partir de su ignorancia, ganar dinero.
La utilización y manipulación a través de las Redes Sociales son tan perversas que, incluso, a través de ellas se quiere construir un ejército de personas confundidas e ignorantes, con inculcaciones tan aberrantes como que el homosexualismo y el lesbianismo son una moda que todos deben usar y son sinónimos de libertad.
Para poner un ejemplo, recientemente el hijo de un amigo, de muy corta edad, dijo a sus padres que era homosexual, lo cual fue atribuido por el infante a que así se lo habían dicho por Youtube.
Pero, por otro lado, las Redes Sociales se han convertido en un centro de prostitución, donde hay un catálogo de mujeres y hombres dispuestos a venderse al mejor postor, sin el menor pudor.
Otros y otras han transformado sus redes sociales en vitrinas, con lo obtienen hasta millones de seguidores y monetizan solo con la mirada morbosa de millones de incautos, contrario a algunos que buscan crear conciencia y valores a través de esos medios y no resultan atractivos.
Estemos atentos de los contenidos que ven nuestros hijos por las Redes Sociales, y no desmayemos en el propósito de un adecentamiento y regulación de esos medios, que se han convertido en la realidad paralela del mundo.