“Mis vacaciones son en septiembre, las cuales tengo pautadas para pasarlas en los Estados Unidos. En lo que va de año, especialmente aproveché el tiempo de semana santa, para irme también fuera del país con un grupo de amigas y amigos. Han pasado fines de semanas largos, los cuales he aprovechado para mi descanso, ya que necesito espacio porque en la cotidianidad del trabajo apenas puedo llegar a mi casa por las noches y tirarme a descansar, cansada y agotada, por lo que me entretengo en mi habitación, gracias a mi celular, interactuando en las redes sociales, las cuales me permiten mantenerme al tanto de todo lo que circunda en mi círculo y en el mundo. En estos momentos, estoy viendo para las vacaciones de fin de año, si aparece algún paquete vacacional, para también aprovechar los días de asueto por período de navidad y fin de año, especialmente los cruceros, que se han hecho característicos dentro de esta fecha. Durante los fines de semana, aprovecho el tiempo para realizar todas aquellas cosas mías, que durante la semana no tengo tiempo para hacer.”
Esta era la respuesta de una joven soltera en un grupo en el cual yo estaba presente, donde relataba cómo ella “aprovechaba” el tiempo. He querido traerles esto esta semana, en virtud de que, si bien es cierto que se necesita tiempo para uno, también es cierto que para esta persona no cuenta para nada en sus planes algo de principal y mayor cuidado, que es la familia. En este caso, no sé cuál de ustedes se identifica o sencillamente se está mirando al espejo con ella, pero este es el modus vivendi de gran parte de jóvenes adultos profesionales de determinada clase social en nuestro país. Los colegios están de vacaciones, e inmediatamente empiezan, ya los padres tienen inscritos a sus hijos en algún campamento, nacional o en ocasiones internacional, con la finalidad de “aprovechar” este tiempo para diversión de estos y, por ende, como he escuchado en muchas ocasiones, no tenerlos “aburridos” dentro de la casa. Este último término, bien deja definido que no es un hogar, sino un lugar donde se vive.
¿Qué les parece, dónde dejamos lo más genuino y necesario, que son las relaciones interfamiliares y el manejo diario de intercambio entre papá, mamá y hermanos? Y, sobre todo ¿Cuál es el momento disponible entre esos 365 días para expresar y recibir amor en el lugar más importante que es tu familia? Cuídala, es el vínculo más esencial.