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El próximo miércoles 9 de octubre serán las elecciones de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), uno de los gremios profesionales de mayor historia, importancia y trascendencia de la vida dominicana de los últimos tiempos.

Fundada en el año 1970, en un ambiente político y social de grandes confrontaciones, desde su conformación se convirtió en uno de los gremios más combativos, más fuertes y un firme defensor de la educación dominicana y del profesorado nacional, al mismo tiempo que uno de los más solidarios con las mejores causas de la nación.

Sus luchas históricas para garantizar la gratuidad, la calidad y el avance educativo, las reivindicaciones del magisterio y la modernización de la enseñanza pública le han llevado a ser siempre un referente de primer orden para enfrentar las malas políticas en la educación y a los diversos gobiernos que han tratado de implementarlas. La ADP, que en su fundación fue presidida por la brillante maestra Ivelisse Prats de Pérez, desde su inicio ha sido una trinchera de cuestionamiento y crítica a la ineficacia de los gobiernos y en cada ocasión en que se presenta un momento electoral, las autoridades, no importa el partido que esté en el poder, tratan de que quienes resulten ganadores sean los que ellos impongan, para con eso tratar de cercenar el espíritu y accionar crítico del gremio.

En sus 54 años de existencia, la ADP ha podido vencer todas las dificultades que se les han presentado por los deseos de los gobiernos de tomar el control y cercenar su independencia. Justamente, en los actuales momentos el gobierno del PRM y su corriente magisterial quieren provocar una difícil situación en la ADP, para evitar que el gremio siga siendo dirigido por sectores que no comparten las directrices políticas del actual partido en el poder.

En este tiempo el PRM tiene el control de casi todas las instituciones de la sociedad dominicana. Dominan el poder ejecutivo, el poder legislativo, el poder judicial, el poder municipal, el Tribunal Superior Electoral, el Tribunal Constitucional, en fin, casi todas las áreas de la sociedad dominicana están dirigidas o controladas por el partido de gobierno. Y hace tan solo unos meses, ante una derrota previsible, de forma inapropiada trataron de imponer un candidato en las elecciones del Colegio de Abogados y llevaron ese gremio profesional casi a la división.

El PRM tiene que entender que debe primar la democracia y el respeto al funcionamiento libre de las instituciones. No se puede mal usar el poder gubernamental para imponer candidatos o políticas en los gremios profesionales, donde la democracia y el libre enfrentamiento de las ideas es lo que ha primado.

En las elecciones de la ADP todo indica que será reelecto como presidente de el profesor Eduardo Hidalgo, un destacado miembro de un partido de oposición, pero quien es también un líder del magisterio nacional que ha sabido luchar por el bienestar y el avance de los maestros y de la educación dominicana. Tanto la corriente magisterial del PRM como el propio gobierno en sentido general, deben entender que, si no son favorecidos por la mayoría del profesorado, deben tener la humildad de aceptarlo, tal y como los sectores de la oposición han aceptado sin mayores problemas las grandes victorias del PRM a nivel de las elecciones nacionales, congresionales y municipales.

La dirección del PRM, y en especial el presidente Abinader, no deben permitir que en las elecciones de la ADP se repita el doloroso y triste espectáculo del Colegio de Abogados. Ser demócrata es saber ganar y saber perder elecciones, es aprender a respetar el criterio y la decisión de las mayorías, aunque en ese momento no sean beneficiosas a nosotros.

La ADP debe preservarse como uno de los gremios profesionales de mayor aporte a la sociedad, una institución que prestigia la historia gremial de la nación y un baluarte firme en la defensa de la educación dominicana y del magisterio nacional. Si la mayoría de los profesores y profesoras quieren seguir siendo dirigidos por Eduardo Hidalgo y el grupo de dirigentes que le acompañan, y en las elecciones del miércoles, como todo lo indica, son los favorecidos para continuar dirigiendo la ADP, el PRM y su corriente profesoral no pueden convertirse en obstáculo ni desarrollar acciones que afecten la institucionalidad de uno de los gremios más trascendentes de la historia dominicana. Es necesaria la democracia y el respeto en las elecciones de la ADP.

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