El acuerdo nuclear de Irán con el grupo 5+1 en el año 2015 (EE.UU., Francia, Reino Unido, Rusia y China más Alemania) fue uno de los mayores avances de la diplomacia en los últimos años, pues permitió al gobierno de Teherán avanzar su programa nuclear civil con apoyo y acompañamiento de la ONU.
Sin embargo, la nueva administración de la Casa Blanca, liderada por Donald Trump optó por dar marcha atrás a los avances logrados, guiados por los intereses de Israel y su deseo de prevalecer como única potencia nuclear en Medio Oriente.
Trump abandona un pacto que obliga a Irán a limitar su producción de Uranio enriquecido, limita al 20 por ciento el nivel de enriquecimiento y garantiza que no pueda producirse material nuclear de uso militar, al poner todas las instalaciones iraníes bajo la lupa de la Agencia Internacional de Energía Atómica, AIEA.
La Casa Blanca acusa a Irán de ocultar una supuesta rama militar de su programa nuclear y de incumplir el acuerdo, mientras la Unión Europea y la AIEA insisten en que Teherán cumple con sus compromisos y la República Islámica insiste en que no desea tener armas nucleares.
Otra de las excusas esgrimidas por Trump, sobre el tiempo de alcance del acuerdo, que inicialmente vence en 2025, también queda al desnudo pues el pacto contiene compromisos de la parte iraní para los siguientes 15 años (2030) en varias áreas.
En resumen, Washington devuelve al mundo a la situación del año 2010 y pone de manifiesto la poca confiabilidad de EE.UU. en las negociaciones internacionales, sumando un nuevo expediente a los otros pactos abandonados desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca.
Los Acuerdos de París contra el Cambio Climático, el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, el Pacto Mundial de la ONU sobre Migración y Refugiados, y la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, son algunos de los acuerdos y organismos internacionales que la administración Trump decidió dejar desde el 20 de enero de 2017.
Además, Washington tiene bajo amenaza al Tratado de Libre Comercio para América del Norte, TLCAN, suscrito con México y Canadá.
Esta conducta de la administración Trump, nos recuerda que en 1.994 el entonces presidente Bill Clinton acordó con Corea del Norte el desmantelamiento del programa nuclear de Pyongyang, pero tras la llegada al poder de George W. Bush, EE.UU. rompió el acuerdo y revivió los temores de un conflagración nuclear.
Ojalá no se repita la historia, ahora que Donald Trump quiere reunirse con Kim Jong Un para desnuclearizar la península de Corea.