Entre amigos es fácil sumarse a aquella expresión de que “las instituciones son del tamaño de quien la dirija”. Abinader parecía un presidente que iba a llevar al Estado dominicano al nivel del respeto institucional que Leonel las dejó en 2012, y que Danilo había maltratado al pretender violentar los límites constitucionales para pretender retener el poder.
Cuando Leonel enfrentó desde dentro del mismo partido los despropósitos de Danilo en tocar la Constitución y hacer de ella una mercancía, Abinader se sumó desde su partido PRM mostrando formas decentes e institucionalistas. Sin embargo, era evidente que no era un líder templado y desde que empezó a gobernar, mostró su inexperiencia de Estado.
Dirigir el Estado requiere de mucho dominio sobre su característica y naturaleza. En su caso, por el contrario, ha exhibido incongruencias. Se ha dejado atrapar por un comportamiento de esa burocracia que dice gobernar para el pueblo, pero se pone a su espalda; esa burocracia recrea el glamour y la miel del poder. El presidente Abinader, quien tiene un trato decente, está en una maraña de lisonjas, alabanzas y un ambiente fatuo que simula sencillez.
De pronto ha descubierto que no basta con estar sentado en esa silla presidencial para ser aceptado y tener buen posicionamiento. Las encuestas lo alertan sobre Leonel, que ha puesto atención desde la oposición a los problemas relevantes que afectan a amplios sectores económicos y sociales. Sabe que Leonel se ha situado por encima de él con más de un punto.
Su preocupación es tan obvia que el 9 de diciembre, sabiendo que Leonel estaría en Santiago, en un cierre masivo y espectacular de año 2022, este pasado domingo 11, anunció un adefesio jurídico al informar que abre una casa presidencial en esa provincia, corazón del Cibao.
La información fue divulgada y colocada en la página web del Gobierno, bajo el título “Presidente Abinader encabeza bendición de la casa presidencial en Santiago de Los Caballeros. 9 de diciembre 2022”.
Sin embargo, la Constitución vigente dice: “Artículo 13.- Distrito Nacional. La ciudad de Santo Domingo de Guzmán es el Distrito Nacional, capital de la República y asiento del gobierno nacional”.
El sólido crecimiento de Leonel ha llenado de preocupación y perturba al gobernante. Ya se sabe sobre un montaje en los medios digitales por figuras extranjeras contratadas para campañas “fake news” (noticias falsas, para campañas sucias). Resisto a creer que repetirá aquellas campañas sucias para descalificar. Se ataca a las personas exitosas y en la actividad política se llega a la crueldad moral. En las redes perremeístas van dando las expresiones más duras, las cuales pueden traer respuestas más crudas y reales.
Caerle atrás a Leonel, no para aprender de él, sino para usar en su contra “fake news“, así como ignorar la Constitución y utilizar los recursos del Estado para su reelección, constituyen una negación. Eso no se esperaba de Abinader, que mostraba un perfil decente, propio de un liderazgo para las últimas generaciones.
Pero él parece ser un líder atrapado por un sector de los que dirige, dejando a un lado causas y propósitos muchas veces jurados para superar debilidades y quiebras institucionales.
Abinader le ha caído atrás a Leonel, es una pena porque se irá de bruces y solo dará mas brillo a Leonel.