Los expertos en boxeo, cuando se registra una sorpresa -ocasionada por el púgil que en un combate de título mundial no era el favorito- suelen exponer: “El que tenía que ganar perdió porque subestimo a su rival y por eso recibió el golpe del bolsón”.
Más o menos así escriben cuando como analistas su vaticinio se va por la borda. Cuando en su pronóstico creían que iba a ganar fácil el favorito, ocurrió lo que nunca esperaban: triunfo de quien era el débil y, obviamente, no se le señaló como favorito.
No solo el boxeador que era dado como favorito sufrió la derrota, también perdieron los analistas.
En boxeo y otros deportes se registran vaticinios fallidos que escriben y comentan por radio y televisión los expertos.
En política -permítanme hacer un símil- también con frecuencia se registran pronósticos fallidos. Muchas veces el análisis de los politólogos colapsa de manera estrepitosa.
Lo propio ocurre con las encuestas políticas. En especial aquellas que están maquilladas. Pero el tema de las encuestas lo trataremos en otros artículos.
¡Porque es un tema nodal y a la vez confuso en estos tiempos marcados por el complejo panorama electoral dominicano!
Asimismo, partiendo del agitado proceso político-electoral, que hoy vivimos y que la prensa sigue día a día, minuto a minuto, ¿cómo se podría juzgar la estrategia política -que afecta a la joven congresista Faride Raful- diseñada por la cúpula del oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM), pero que fue tomada por decisión (quizás precipitada) del presidente Luis Abinader?
Faride, cuya trayectoria política, a pesar de su juventud, ha sido positiva y en corto tiempo se han visto sus éxitos, dio a conocer públicamente el no optar por la reelección como senadora del Distrito Nacional.
A mi juicio, al declarar que no irá nuevamente como aspirante a la senaduría por el Distrito Nacional, lo ha hecho de manera inteligente, muy diplomática y sin dejar ver ninguna actitud “quisquillosa”.
Su declaración pública fue precisa: “El presidente Abinader me ha solicitado asumir una responsabilidad de mayor envergadura en la actual coyuntura política nacional y yo he aceptado con el firme compromiso de trabajar para el bienestar de nuestro país desde el proyecto que él junto al Partido Revolucionario Moderno encabeza”
Respeto su decisión, pero creo que la resolución del PRM, de no volver a llevarla como candidata -y ser rival de Omar Fernández, quien luce amplio favorito-, significa darle “el golpe del bolsón”.
El espacio es angosto para continuar. Pero habrá tiempo para analizar otras aristas sobre Faride Raful y su inmediato futuro político.