ESCUCHA ESTA NOTICIA
|
El 28 de abril de 1965 Estados Unidos intervino militarmente la República Dominicana con una fuerza marina de 42 mil efectivos que invadieron las costas de Santo Domingo con el propósito de apagar la manifestación popular cívico-militar que estalló el 24 de abril por la vuelta al gobierno del Profesor Juan Bosch, primer presidente democrático luego del ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, cuyo gobierno constitucional había sido derrocado el 25 de septiembre de 1963.
Se trataba de la segunda invasión estadounidense a la República Dominicana, bajo el manto de la Fuerza Interamericana de Paz, que no era más que un cuerpo armado conformado por militares de diferentes países miembros de la descalificada Organización de Estados Americanos (OEA), aunque en su mayoría eran estadounidenses. Cabe destacar que tropas de los Estados Unidos estaban siendo combatidos en la guerra de Vietnam, donde disponían de solo 22 mil efectivos, siendo vencidos por el glorioso ejército vietnamita el 30 de abril de 1975.
“Salvar la vida de los norteamericanos en el país” y evitar que República Dominicana se convirtiera en una segunda Cuba en el Caribe fue la vil justificación de los Estados Unidos para mancillar por segunda vez nuestra soberanía mediante la llamada Operación Power Pack; la primera ocupación había ocurrido en 1916. El triunfo de la Revolución cubana fue un punto de partida al despertar de los pueblos de Latinoamérica contra el injerencismo e intervencionismo militarista del imperialismo norteamericano; hoy, Cuba sigue de pie en resistencia innovadora defendiendo su Revolución contra un bloqueo inhumano impuesto por los Estados Unidos de Norteamérica que ha sido en más de 30 veces votado por la ONU su levantamiento.
Respuesta del pueblo dominicano frente a la invasión
Los marines estadounidenses fueron enfrentados por los constitucionalistas tras su arribo por las costas de Santo Domingo, aunque lograron posicionarse y dividir la ciudad en dos zonas de combate. Durante el tiempo que duró la Guerra de Abril de 1965 y la resistencia de civiles y militares contra la ocupación norteamericana (del 24 de abril a septiembre de 1966) se demostró la valentía de un pueblo entregado con heroísmo a defender su independencia y soberanía, con la participación activa y en primera línea de hombres y mujeres a los que también se sumaron algunos extranjeros como el italiano Illio Capozzi, entre otros.
El movimiento en resistencia y combate encabezado por el Coronel de Abril, Francisco Alberto Caamaño Deñó, y con él, el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, cada uno en su frente, demostró que los militares constitucionalistas y el pueblo defensor de la soberanía era una sola fuerza, que unidos eran invencibles, como de hecho quedó en la historia.
Ante el despliegue militar y el potencial bélico de la hoy debilitada primera potencia militar del planeta, el pueblo dominicano estuvo lejos del objetivo esencial: restaurar el derrocado gobierno constitucional y aplastar definitivamente a las fuerzas militares títeres del CEFA. También el imperialismo norteamericano quedó lejos de su objetivo político, viéndose obligado a pactar una salida negociada a la crisis. Así quedó mostrado al mundo lo que verdaderamente es: injerencista, antidemocrático, intervencionista y represivo.
60 años después la soberanía de la Patria está en peligro
El injerencismo de los Estados Unidos de Norteamérica no ha cesado en la República Dominicana; de mil maneras su recetario ha estado presente mancillando nuestra soberanía, porque a pesar del sublime logro de la independencia nacional, aquel 27 de febrero de 1844, quedan remanentes del neo trujillismo, así como títeres y sello gomigrafo del Departamento de Estado. Ese injerencismo se ha hecho más visible desde la Administración de Donald Trump y su ficha de ajedrez, el Secretario de Estado Marco Rubio, quien tuvo la indelicadeza diplomática de visitar nuestro territorio pretendiendo imponer recetas sobre las tierras raras, sobre socios comerciales, frontera, relaciones diplomáticas calificando naciones entre amigas y enemigas, secuestro de aviones, entre otras, como si República Dominicana fuese una colonia estadunidense.
Lo hemos dicho y lo reiteramos: La soberanía dominicana está en peligro y urge rescatarla. Por ello, nuestra VII Asamblea Nacional de Dirigentes, celebrada el pasado 23 de febrero, “Por el Rescate de la Soberanía Nacional” fue mandataria de esta gran tarea, la cual hemos venido cumpliendo, tanto desde nuestras posiciones públicas y acciones partidarias, como el desarrollo de un programa de visitas a fuerzas políticas, organizaciones sociales; a intelectuales, religiosos, empresarios, entregando nuestra propuesta de conformar una unidad amplia, diversa y plural; pluri ideológica y pluripartidista en un Frente Nacional por el Rescate de la Soberanía.