Es innegable la persistencia de factores trujillistas en la vida nacional dominicana aun a 60 años de la muerte de la cabeza del avieso régimen. Trujillo utilizó los planes de los americanos en su proceso de organización del Estado Dominicano, definidos en la intervención armada del 1916 al 1924. “Pacificó” el ambiente político en función de que quienes no se sumaron a su gobierno, fueron asesinados, tras ofertas de planes de desarrollo y de trasformaciones positivas para la nación. Piro Estrella, padre de Salvador y Cesar Estrella Sahdalá no comulgaba con ese Trujillo que se acercó desarmado y sin escolta a su escondite en Amacey, en un acto de valentía fue a ofrecerle que fuese su primer Jefe de Estado Mayor. Estrella creyó en Trujillo y le aceptó la posición, pero jamás fue parte de su sistema represivo, no hizo daño a nadie, era un hombre muy querido, al extremo que su entierro fue quizás, el más concurrido en Santiago, de persona alguna. Con su escopeta, recortada por Ovin Filpo y suministrada por Antonio de la Maza, hijo de crianza de Don Piro, le dieron el tiro mortal a Trujillo, el 30 de mayo de 196, desconociendo el uso dado al arma. Esa escopeta la había tomado prestada de la Maza bajo el pretexto de matar unos puercos cimarrones en la explotación de madera que este tenía en Restauración. Fue hecho prisionero y encerrado desnudo en una de las patéticas cárceles de la represión. Ante la presencia de Ramfis, hiena sedienta de venganza Don Piro le dijo “Si fuera su padre que estuviera ahí, yo no estaría en estas condiciones” y el propio hijo del dictador, ordenó darle ropa y soltarlo, entendiendo que Don Piro nada tenía que ver con la muerte de su padre a pesar de haber aportado un hijo y el arma letal. Muchos de los detalles de la muerte de Trujillo, los planes para asesinarlo y la tormenta de sangre y fuego que desató tras su muerte, está llena de capítulos dispersos y datos desconocidos, que muchos de los actores se han llevado a la tumba. No hubo protección real para los héroes matadores de Trujillo ni por la OEA ni por los americanos que tanto poder tenían en esa etapa tras la decapitación de la dictadura. Los poderes oscuros permitieron que Ramfis los asesinara de manera cobarde y desapareciera los cadáveres…. Pero alguien sabía adonde fueron depositados y ese sitio permanece en secreto y es posible que los ejecutores de esa fase del plan de aniquilación ya no existan. Confío en que a medida que el tiempo trascurra se podrán reconstruir aspectos importantes que arrojen luz sobre esas tinieblas que rodean el asesinato colectivo de los héroes del 30 de mayo. Las circunstancias en que Trujillo llegó al poder pertenecen a esos tiempos y nada más. La aventura del poder personal y el aplastamiento de las libertades pueden darse de otra forma y está dentro del pueblo no permitir jamás el entonamiento del poder basado en el asesinato y el terror. Con un Trujillo basta.