¿Otro año nuevo? ¡Qué emoción! Otro año para prometernos ir al gimnasio todos los días, leer un libro a la semana y aprender a tocar el ukelele. ¡Ja, ja, ja! Como si eso fuera a pasar.
Pero, en serio, ¿por qué no cambiamos un poco el chip este 2025?
Olvidemos las listas de propósitos interminables y las dietas milagrosas. Este año, propongo un plan mucho más relajado y realista: ¡Reconectarnos con nosotros mismos y disfrutar del viaje!
Según los expertos (bueno, según Google), cuidar de nuestra salud mental y física es súper importante.
Pero, ¿quién quiere oír hablar de verduras y meditación cuando hay series nuevas en Netflix? La clave está en encontrar un equilibrio, ¿no? Podemos hacer ejercicio sin sentirnos como si estuviéramos entrenando para un maratón, y meditar sin tener que sentarnos en posición de loto durante horas.
Y hablando de equilibrio, ¿qué tal si incluimos un poco de caos en nuestras vidas ordenadas?
A veces, necesitamos salir de nuestra zona de confort y probar cosas nuevas.
¡Inscríbete en un curso de salsa, pinta un cuadro, o simplemente sal a caminar sin rumbo fijo!
¿Cómo podemos poner esto en práctica?
Establece metas realistas y olvídate de querer aprender chino mandarín en un mes. Mejor empieza por decir “hoy voy a leer 10 páginas de ese libro que tengo abandonado”.
También una rutina nos ayuda a mantenernos organizados, pero no te obsesiones con seguirla al pie de la letra. La vida es impredecible y a veces hay que improvisar.
Conéctate con los demás, podrías llamar a un amigo, organiza una cena, o simplemente sal a tomar un café con alguien que hace tiempo que no ves.
Agradece por las cosas pequeñas de la vida, como el café recién hecho o el abrazo de tu mascota.
Si la espiritualidad te hace sentir bien, ¡adelante! Pero si no es lo tuyo, no te preocupes. Hay muchas otras formas de conectar contigo mismo.
En resumen, 2025 es el año para dejar de lado las expectativas poco realistas y disfrutar del viaje.
¡Así que relájate, diviértete y sé tú mismo!
Recuerda, la vida es demasiado corta para tomársela demasiado en serio, así que coopera con lo inevitable.
Feliz año nuevo.