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Santo Domingo. – Hoy se cumplen dos años desde que el huracán Fiona impactó con fuerza en el Caribe, dejando un rastro de devastación y sufrimiento en su camino.
Este poderoso huracán, que tocó tierra en Puerto Rico y República Dominicana, se recordó hoy por los efectos trágicos que tuvo en las vidas de miles de personas.
Impacto en República Dominicana
Fiona, que alcanzó categoría 4 en su trayectoria por el Atlántico, llegó a la República Dominicana el 19 de septiembre de 2022, tocando tierra en Boca de Yuma. La tormenta trajo consigo vientos huracanados y lluvias torrenciales que provocaron inundaciones severas. En total, el país registró lluvias entre 200 y 410 mm, lo que resultó en un estado de emergencia en varias provincias.
El presidente Luis Abinader declaró el estado de emergencia en cinco provincias del sureste y tres del noreste. Durante su visita a las áreas afectadas, el presidente pudo constatar la magnitud de los daños. Más de un millón de personas se quedaron sin acceso a agua potable y 350,000 sin electricidad tras el paso del huracán. Las estadísticas son alarmantes: al menos dos vidas se perdieron y más de 8,300 viviendas fueron destruidas.
Recuerdo doloroso del huracán Fiona
Los habitantes de La Altagracia, El Seibo y Hato Mayor enfrentaron la pérdida de hogares y la devastación de sus comunidades. Muchos aún luchan por recuperarse de las secuelas del huracán, enfrentando desafíos económicos y emocionales. Las imágenes de Samaná, una de las ciudades más afectadas, aún perduran en la memoria colectiva.
La reconstrucción de las infraestructuras dañadas se ha convertido en una prioridad para el gobierno, pero el proceso avanza lentamente. Los esfuerzos de ayuda humanitaria, aunque valiosos, no han sido suficientes para restaurar la normalidad en muchas vidas.
Vulnerabilidad de la República Dominicana
La tragedia del huracán Fiona resaltó la vulnerabilidad de la República Dominicana ante los fenómenos climáticos extremos. Además, subrayó la importancia de mejorar los sistemas de alerta y preparación para futuras tormentas. Las autoridades continúan trabajando en planes de mitigación y adaptación, asegurando que las lecciones aprendidas no se olviden.