Para llamarse equipo, la consumación del proceso que realmente importa en los deportes, tiene que haber miembros dispuestos a ceder en todo el sentido de la palabra. Es verdad que la plana mayor, gerente, dirigente y asistentes, juegan un papel importante porque deben saber el personal que eligen y la manera correcta de manejar egos disímiles, personalidades difíciles de ordenar en una misma dirección.
Mientras más estrellas hay, mayor es el reto.
Por algo se apela a que los atletas jueguen por las siglas del frente de su franela y se olviden del apellido o el número que está al dorso. Decirlo es sencillo. Hacerlo es una tarea de envergadura.
La selección dominicana que estará compitiendo en el Clásico Mundial de Béisbol no escapa a esa realidad y mucho menos si anda con el sello de equipo a vencer. Coronarse, y más si es de forma invicta, trae sus consecuencias, una de ellas es que todos te quieren derrumbar.
Está claro que hubo, hay y habrá peloteros que no están en disposición de ir a la competencia para estar en la banca. Es entendible que siempre se quiera jugar, que haya un deseo a nivel de flama por ser el lanzador del gran juego y el hombre del turno que define.
Pero no hay cama para tanta gente. Los espacios son contados y, quiérase o no, a muchos les tocará ver partidos animando desde fuera del terreno.
El conjunto campeón de 2013 tuvo un ambiente de primera. Cero guerrillas ni comentarios innecesarios. Estuvieron al unísono hasta lograr la meta. Habrá que sacarle copia a ese manejo del camerino.
Para que haya química, se necesitan sacrificios mucho antes de que inicie la competencia.
Apunte esto
Dolencias en el antebrazo izquierdo para David Price… Eso huele a peligro… Adam Wainwright le alquiló un vehículo a Ryan Sheriff, un compañero lanzador de San Luis a quien veía caminar a diario hacia el entrenamiento en Jupiter, Florida… Un grande Wainwright… Los Cavaliers de Cleveland se han puesto en posición de repetir la corona con sus nuevas adquisiciones… En Golden State es hora de que Stephen Curry se ponga la capa tras la lesión de Kevin Durant.