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Santo Domingo. – Luego de 20 años de ausencia, el cantante puertorriqueño Wilkins se reencontró y puso a vibrar a sus fanáticos dominicanos en un excitante concierto de truenos y silencios en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional aplaudido de principio a fin.
Vimos a un Wilkins electrizante en el escenario, haciendo alardes de su fuerza interpretativa de los años 80 cuando estuvo en la cima de su carrera. El boricua cantó, bailó y conectó con el público con cada canción, acompañado de una excelente banda de 9 músicos, tres coristas y dos bailarinas.
“La Leyenda y Divino Rockmántico” como muchos lo conocen interpretó 24 canciones, iniciando con Truenos y Silencios, que da nombre a su gira musical que comenzó por su natal Puerto Rico acaparando vítores por su desempeño y creatividad en el escenario.
Aquí por igual, logró arrancar los aplausos y la admiración del público que cantó con él temas tan emblemáticos como: “Si yo fuera mujer”, “El sucesor”, “Te amo”, “Te mataría”, “Mi problema eres tú”, “Un nuevo mor”, “Pensamiento y palabra”, “Como no creer en Dios”, “Aleluya”, “Sereno”, “Margarita”, “Sopa de caracol” y “Yo apuesto a mí”, entre otros.
Wilkins mantiene una figura envidiable a sus 71 años, a la cual le saca provecho en cada actuación en el escenario. Se movió, corrió, saltó y se despatilló en cada interpretación. Se cambió de vestuario varias veces y hasta la camiseta blanca se quitó, dejando ver su torso entre las brillantes luces como parte de su espectáculo.
Su voz se mantiene intacta y llevó a su público un épico conciertazo que recorre toda su carrera musical para seguir haciendo historia.
No lo puedo creer, gritaba una fanática, está igualito, su voz no ha cambiado y mantiene ese histrionismo que lo caracterizó en los años 80.
Ella lo piropeaba en el momento en que el artista interpretaba la canción “Bella sin alma” que lo llevó a tomar la silla y a lanzarla sobre el piso, luego se acercó, la tomó y replicó la acción, mientras el público gritaba y lo aplaudía.
“Cuando en el cuarto él te pida siempre más…nada te costará… se lo concederás; como sabes fingir… te será cómodo…” y… ¡pum! La silla al suelo…
El artista habló poco, como debe de ser… porque la gente lo que quiere es verlo cantar y así fue y así pasó. Solo algunas palabras que interconectaban con sus canciones y que el público también las cantó con él. Gracias Wilkins por transportarnos al amor y al desamor como tú sabes hacerlo.