Europa tiene la particularidad de contar con ciudades hermosas, que en unos pocos kilómetros ofrecen grandes bellezas dignas de visitar.
Son auténticas las ciudades europeas en miniaturas, llenas de cultura, historia, joyas arquitectónicas monumentos antiguos.
Lejos de las tradicionales metrópolis atestadas de turistas. Existen ciudades europeas dignas de conocer, sin resignar tiempo de un viaje, que seguro tendrá como protagonistas a las visitadas por todos.
El prestigioso medio de viajes Condé Nast Traveler recopiló diez de las pequeñas ciudades europeas para conocer en un fin de semana.
1- Ferrara (Italia): una de las ciudades europeas más hermosas
La ciudad de Ferrara fue declarada Patrimonio de la Humanidad (Getty)
En la región de la Emilia Romana, y conocida como la despensa de Italia, su capital, Ferrara, se destaca por su portentosa gastronomía.
Ferrara fue una de las ciudades pequeñas de la cultura, el arte, la política y la gastronomía, así como punto de referencia para artistas, poetas y cantantes. Declarada Patrimonio de la Humanidad, es famosa, por su universidad, en la cual estudió y se graduó Copérnico.
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A orillas del río Po, la belleza de su Castello Estense con un jardín de naranjos del siglo XV y de sus palacios góticos y renacentistas, figuran entre sus principales atractivos.
2- Cheb (República Checa), pintoresca
Cheba está en la región de Bohemia, en República Checa (Wikipedia/Isiwal)
En la región de Bohemia, la ciudad checa de Cheb es particularmente pintoresca por su arquitectura. Con sus “rascacielos” del gótico tardío llamados Špalíček, un conjunto de casas comerciales en cuyos tejados se almacenaban las mercancías, y esas torres puntiagudas de la iglesia de San Nicolás que vigilan desde las alturas a la que es considerada como una de las ciudades pequeñas y más antiguas de República Checa.
3- Montreux (Suiza): con el encanto clásico de las ciudades europeas
El Festival de Jazz es una de las principales atracciones que presenta Montreux (Getty)
Montreux es una ciudad turística tradicional en el lago Lemán. Está enclavada entre empinados cerros y el lago, y es famosa por su microclima templado y el Festival de Jazz de Montreux, que se realiza en julio.
El paseo costero de la ciudad está bordeado de flores, esculturas, árboles mediterráneos y grandes edificios de la Belle Époque. Frente a sus costas, está un castillo medieval en una isla, el Castillo de Chillon, con murallas, salones y una capilla con murales del siglo XIV.
4- Nantes (Francia): de las más famosas ciudades europeas
El castillo de la ciudad de Nantes funciona hoy como un museo (Getty)
A orillas del río Loira, en la región de Alta Bretaña del oeste de Francia, la ciudad tiene una larga historia como puerto y centro industrial. En ella, se encuentra el remodelado castillo medieval de los Duques de Bretaña, donde estos vivieron alguna vez. El castillo funciona como un museo histórico local que ofrece exhibiciones multimedia y un paseo sobre sus murallas fortificadas.
Y si bien se trata de una de las urbes más grandes del oeste de Francia, Nantes se presenta ante el viajero como una ciudad accesible y con mucha historia.
5- Porvoo (Finlandia): la segunda más antigua
Porvoo, en Finlandia, cuenta con arquitectura que data del siglo XVIII (Getty)
En la costa del sur de Finlandia, Porvoo es la segunda ciudad más antigua del país, después de Turku. Y sus visitantes dicen que recorrerla es como hacer un viaje en el tiempo. Situada a orillas del río Porvoo, la ciudad emerge de entre las aguas con su catedral, cuyas partes más antiguas datan del siglo XIII, sus calles adoquinadas y sus casas de madera pintadas en tonos vibrantes crean un paisaje de cuento de hadas.
Entre sus callejuelas estrechas que invitan a pasear, se encuentran tiendas de artesanías locales, acogedores cafés y galerías de arte. También puede abordarse un barco desde el que descubrir perspectivas únicas de las ciudades de europa.
6. Mittenwald (Alemania): con historia musical
Mittenwald es conocida como “el pueblo de los mil violines” (Getty)
La ciudad se ubica en el valle del río Isar, a unos 100 km al sudoeste de Múnich, cerca de la frontera con Austria.
Mittenwald es uno de los centros de fabricación de instrumentos de cuerda más importantes de Alemania. De hecho, desde que Matthias Klotz trajese este arte a la región en el siglo XVII, muchos son los maestros artesanos que se han instalado en esta ciudad bávara conocida como “el pueblo de los mil violines”.
Otro gran atractivo son los frescos de las fachadas de su agradable casco antiguo, que relatan tanto la historia de la localidad como la profesión a la que se dedicaba el dueño de la casa.
7- Nicosia (Chipre): la más histórica
El casco histórico de Nicosia es del siglo XVI y está encerrado dentro de las murallas (Getty)
Un recorrido por Nicosia empieza por su casco histórico del siglo XVI (encerrado dentro de las murallas), donde se localiza la impresionante colección arqueológica del Museo de Chipre, y termina por su Nicosia Municipal Arts, una galería de arte contemporáneo que ocupa una antigua central eléctrica.
También conocida como Lefkosia, es la capital dividida de Chipre. Al sur de la frontera, en el lado griego, el Museo de Chipre exhibe hallazgos arqueológicos de las ciudades europeas, y de los periodos del neolítico al bizantino, como la estatua de Afrodita de Soloi. Muy cerca, las murallas venecianas del siglo XVI de la ciudad antigua incluyen las puertas de Famagusta, Kyrenia y Paphos. En el interior de las murallas, hay un mausoleo de mármol junto a la iglesia Faneromeni, del siglo XIX.
8- Stavanger (Noruega): arquitectura en madera
Las construcciones de madera son el distintivo de Stavanger, en Noruega (Getty)
Stavanger ostenta tener la mayor concentración de arquitectura en madera del norte de Europa, algo fácilmente de corroborar con solo poner un pie en su casco histórico: Gamle Stavanger, un asentamiento de más de 170 casas construidas en este material y pintadas de color blanco que data de finales del siglo XVIII.
No obstante, hay muchas más cosas que visitar en esta ciudad escandinava, como su catedral medieval, la mejor conservada de Noruega y en uso desde el siglo XIV. La Torre Valberg, que servía para alertar a los vecinos de los incendios, o el Museo Noruego del Petróleo, de perfil orgánico e ideado por arquitectos Lunde & Løvseth.
9- Pula (Croacia): con historia
Pula se estableció en la era prehistórica y es valorada por su ubicación estratégica (Getty)
Dicen que Pula es a Croacia lo que Roma es a Italia. Es que esta localidad situada en el extremo sur de la península de Istria, esconde un asombroso anfiteatro del siglo I (considerado por muchos el mejor conservado del mundo), así como otros restos romanos, como el Templo de Augusto y el Arco de los Sergii, lo que ha dado lugar a la pretenciosa comparación.
Pula es famosa por su puerto protegido, la costa bordeada de playas y las ruinas romanas. Se estableció en la era prehistórica y es valorada por su ubicación estratégica, además de ser ocupada, destruida y reconstruida varias veces.
10- Kalambaka (Grecia): una pequeña gigante de piedra
En Kalambaka puede descubrirse la autenticidad de la vida cotidiana griega (Getty)
Situada en Tesalia, una región oriental de la Grecia continental, la ciudad se caracteriza por sus calles empedradas, salpicadas por encantadoras tabernas y tiendas de artesanía. En ella es posible descubrir la autenticidad de la vida cotidiana griega, a la que se suman rutas de senderismo alrededor de los monolitos circundantes.
Gigantes de piedra coronados por monasterios fundados en el siglo XIV que son tesoros arquitectónicos y espirituales y que parecen flotar en el cielo, no en vano el nombre de la famosa Meteora a la cual se llega pasando por Kalambaka significa “suspendido en el aire”.