Se trata de una práctica que se presenta como novedosa y no lo es, ya que fue dejada de lado gracias a la investigación y a la práctica profesional de la medicina de hoy en día, que acumuló conocimientos y se maneja con pautas más serias
El ayuno intermitente es un tema que se viene hablando hace mucho tiempo. Es una manera moderna de llamar “saltear comidas”. Sencillamente no funciona porque las personas cuando van a hacer un día de ayuno o medio día hacen una comida preventiva, es decir que comen menos antes y después comen más para compensar todo lo que no comieron.
Nosotros desde hace muchos años, después se ha comprobado desde el punto de vista científico, implementamos la modalidad y conveniencia de comer repartido durante el día, por lo menos cuatro veces.
Por ejemplo, una persona que come cuatro o cinco castañas de caju, cuatro o cinco nueces y dos o tres trozos de queso, según el grado de sobrepeso que tenga, es una persona que por un lado está combinando un queso magro, por otro lado las ventajas de los frutos secos, que tienen las grasas más protectoras del corazón, de las arterias y del cerebro. Y va a ver cómo esta combinación lo va a dejar satisfecho, porque tiene proteínas, tiene grasas buenas, tiene poco de las grasas menos buenas que son las de los quesos menos duros. Y eso lo va a hacer llegar a la próxima comida mucho más relajado.
El ayuno intermitente no es una novedad. En el primer congreso de obesidad que se hizo en Londres en 1974, yo presenté un trabajo al respecto de esta práctica pero a partir del 77 o 78 dejé de recomendarlas. Por una lado, porque los que ayunaban terminaban ingiriendo antes o después del ayuno una cantidad de comida mayor que la que evitaban. Y por otro lado, porque se demostró que durante el ayuno en sí no se produce ningún hecho beneficioso para la salud. Estas propuestas, lo único que logran es dejar el erróneo mensaje a la gente, que puede comer lo que sea (panceta, papas fritas, huevo frito, vino durante un lapso de 8 horas, total en las siguientes 16 depura todo, cosa que no sucede.
Estas cosas son experiencias personales que se presentan como novedosas y no lo son. Son practicas que fueron dejadas de lado gracias a la investigación y a la práctica profesional de la medicina de hoy en día, que acumuló conocimientos y se maneja con otras pautas más serias. Por otra parte, hay que tener en cuenta que si alguien realiza un trabajo con desgaste físico o tiene que manejar estar sin comer esa cantidad de horas puede ser peligroso. Además, en una persona que sufra de diabetes estos ayunos pueden provocarle un shock hipoglucémico, mientras que en un adolescente que tiene su imagen corporal distorsionada este tipo de prácticas puede generarle trastornos de la alimentación
*El doctor Alberto Cormillot es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. Fundó y dirige la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, Dieta Club, la Fundación ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad) y el Instituto Argentino de Nutrición, desde donde asesora a industrias para la elaboración de productos dietéticos y saludables.