María Castillo, Milagros Germán, Abil Peralta Agüero, Daniela Tovar Castillo y Lilian Carrasco. FUENTE EXTERNA
María Castillo, Milagros Germán, Abil Peralta Agüero, Daniela Tovar Castillo y Lilian Carrasco. FUENTE EXTERNA

Abil Peralta resalta la trascendencia artística y la dimensión internacional del maestro del surrealismo dominicano, Iván Tovar

Santo Domingo.- El crítico de arte Abil Peralta Agüero destacó la trascendencia artística y la dimensión internacional del pintor Iván Tovar, considerado el gran maestro del Surrealismo en República Dominicana. 

Peralta analizó la obra del artista al ofrecer la primera charla del programa educativo asociado a la muestra “Tovar Retrospectivo” que organizan la Fundación Iván Tovar y el Voluntariado del Museo de Arte Moderno (MAM).

La ministra de Cultura, Milagros Germán estuvo presente en el MAM en el inicio del ciclo de conferencias asociado a la exposición del pintor, en el cual participaron varios especialistas que analizaron la obra del famoso pintor dominicano. La actividad fue patrocinada por Abastecimientos Diversos y el Grupo Mejía Arcalá. 

El crítico de arte Abil Peralta Agüero durante su ponencia

Exposición

La exposición “Tovar Retrospectivo” fue organizada por la Fundación Iván Tovar que encabezan Daniela Tovar, María Castillo, Héctor José Rizek y Yuri Ruiz, así como el Voluntariado del Museo de Arte Moderno que preside Isaac Rudman.

Uno de los componentes de mayor notoriedad e impacto durante la conferencia sobre la vida y trayectoria de Iván Tovar, dictada por el crítico de arte y curador dominicano Abil Peralta Agüero fue el momento en que expuso con informaciones y documentos probatorios que el entonces joven Tovar, cuando llegó a París, ya tenía formada una idea clara de su atención intelectual y artística fijada en el revolucionario movimiento Surrealista. 

El charlista destacó que “expresiones testimoniales del propio Iván, en las que reafirma que cuando llega a los 14 a la Escuela Nacional de Bellas Artes de Santo Domingo, ya tenía una idea preconcebida de hacia dónde y qué ruta encaminaría su vocación y pasión por las artes plásticas, en concreto la pintura”.

Expuso durante su conferencia que la llama surrealista que iluminaría primariamente a Tovar para forjar su auto estímulo, pasión y compromiso con el movimiento surrealista internacional, lo descubrió durante su temprano encuentro en busca del saber y las profundidades activas y ocultas en el arte, con el poeta Franklin Mieses Burgos, fundador del movimiento poético y revista del mismo nombre “La Poesía Sorprendida. 

Daniela Tovar Castillo durante sus palabras

Refiere que Tovar afirma que “descubrí el surrealismo, a través de la pintura de E. F. Granell), en casa del poeta Franklin Mieses Burgos en la Ciudad Colonial; él tenía varios pequeños cuadros de Granell. Recuerdo que había uno que me impresionó mucho, que se llamaba El amor, eran personas que habían perdido la cabeza, como si le hubieran cortado la cabeza en el espacio, y el cuerpo en otro sitio. Muy interesante, muy Surrealista”, citando al propio Tovar. 

Después descubrió que el propio André Breton, padre del Surrealismo internacional, tenía en su colección de París, varias pinturas del español E. Fernández Granell. Pero igual, Peralta Agüero, conferencista invitado, expuso y demostró, la alta estima, valoración artística y gratitud que Iván Tovar había fijado en quien fuera uno de sus maestros de mayor cercanía en su temprano proceso de formación académica en el país, Gilberto Hernández Ortega, a quien el pintor surrealista dominicano, patentiza en un lúdico dibujo dedicado de puño y letra, presentado durante la conferencia.

Daniela Tovar Castillo, Abil Peralta Agüero y María Castillo.

 En su texto crítico, y a modo de definición conceptual, el crítico y curador dominicano afirma que “Iván Tovar, con memoria y paleta ha revisitado el alfabeto plástico-visual en su historia, para en asociación con la alquimia y arquitectura de su técnica y estilo, proponernos un lenguaje nuevo, único y personal en la historia del arte moderno y contemporáneo”. 

Reafirmó que “La organicidad, conjugaciones elípticas de masa y vacío en espacialidad compartida, definen un único estado corpóreo en su pintura, incluyendo esotéricos artefactos antiguos como la plomada mística y la silla, que en sus pinturas se elevan a formulaciones opticiales desde las que se atreve con genialidad, maestría y destreza a conformar una apuesta negadora del azar.” 

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