Desde hace varios años hemos venido siguiendo con especial interés la labor de destacadas familias en relación a la promoción y desarrollo del arte dominicano. De hecho, en varias entregas hemos tratado de resaltar el valor que tienen, han tenido y siguen teniendo estas instituciones que afortunadamente han venido en aumento con el tiempo.
En primer lugar debemos citar la Escuela de Arte y Diseño de Altos de Chavón, pues por medio de este espacio han sido muchos los jóvenes que han podido encontrar las herramientas necesarias para perfilar su talento y ofrecer su propia visión del mundo por medio del arte. No todas las familias tienen la visión que han mostrado los Bluhdorn.
Cabe destacar que la referida casa de estudio se encuentra asociada a la Parsons School of Design de la ciudad de New York y, además, “ha establecido colaboraciones académicas con dos instituciones, a saber: la Academia Dominicana de Arquitectura y Urbanismo (ACADA) en Santo Domingo y la New York Academy of Arts (NYAA), institución radicada en la ciudad de New York con un programa de maestría en las artes”.
Sin embargo, a pesar de los méritos que tiene la reconocida Escuela de Arte y Diseño de Altos de Chavón, donde buena parte de sus egresados pasan a ser las principales figuras de la Bienal Nacional de Artes Visuales de Santo Domingo o del Concurso de Arte organizado por otro de los espacios más representativos para la difusión del arte y la cultura como es el Centro León Jimenes, lo cierto es que a nuestro modo de ver ha hecho falta una mayor coordinación en el contexto artístico nacional. Esto así porque los artistas que se han formado por sí mismos, en la Escuela Nacional de Bellas Artes, en Altos de Chavón o cualquier otro centro pasan a formar grupos dispersos y, por lo regular, sus propuestas no son valoradas siguiendo los parámetros que amerita el carácter universal del arte. Continuará.