Pablo Alborán termina este sábado en Santo Domingo su Gira de Teatros. La que le ha llevado a hacer, con el de mañana, 63 conciertos entre España, Estados Unidos y Latinoamérica.

No ha querido -quizás no ha podido- ver a la prensa. Raro, sobre todo cuando tienes un disco a punto de salir.

Llegó de Puerto Rico. La producción le ha mandado un avión. Jet Blue cada vez dando peor servicio a República Dominicana.

Lo importante es que ya está aquí, con su carga.

El joven artista español tiene condiciones para una carrera larga.

Le siguen niñas de 7 años, lo mismo que muchachas de 18 a 30 o 40 años. Su público es mayoritariamente femenino.

Así que el Teatro Nacional está lleno. Ha venido de la mano de César Suárez Pizano.

Pablo Alborán tendrá nuevo disco apenas en una semana. Se llama La cuarta hoja. Vértigo es el más reciente, del 2020.

Esta del viernes es la primera fecha de dos. Este sábado es la segunda

Sube el telón. Aparece Pablo Alborán con guitarra al centro de un marco azul. Ovación femenina que incluye chillidos, gritos y aplausos.

Canta Hablemos de amor. Las muchachas aplauden desaforadas, frondosas, sin afrentas. 

Sigue con guitarra. El marco azul ahora son dos líneas verdes paralelas y dos pantallas led lo muestran. Desencuentro. Las muchachas cantan.

Pablo Alborán solo guitarra en mano. Así inició el concierto (Foto: Alfonso Quiñones)

“Qué lujo estar en el Teatro Nacional. Esta noche es el penúltimo concierto de la gira…”, explica, “y hoy y mañana van a ser dos noches inolvidables”, asegura.

Al piano interpreta Ecos y el coro no cesa. En la mano izquierda lleva un collar fino envuelto, con pinta de amuleto.

Marco amarillo ahora. Al piano hace Que siempre sea verano. Su voz es melódica, dulce, de no gran registro, pero bien colocada. Sube con melismas del cante jondo.

Ovación. Se va a negro y entra el grupo.

Miedo. Dos guitarras que ademas hacen coros y una percusión menor bien diversa. 

Pablo Alborán regresa al piano a por La escalera. 

LA PRIMERA VEZ DE PABLO ALBORÁN

“Les voy a contar algo que nadie sabe y que nunca he dicho. Lo voy a decir ahora: la primera vez que subí a un escenario a cantar, fue aquí en República (Dominicana)… a los 8 años”, rememora.

El público aplaude.

“Estaba la familia de vacaciones en un hotel de playa, en Punta Cana. Y una noche, era el cumpleaños de mi mamá. Y me dio por subirme a un escenario que había en el restaurante y le canté una canción a ella”, contó Pablo Alborán.

“Mi padre miró a otro lado. Pero cuando bajé me dijo: Nada, hijo, a lo mejor esto es lo tuyo”, narró. Y miró hacia el público como diciendo “y esto era lo mío”

Enseguida cantó a capella Tu refugio.

Saturno fue con mandolina, piano, guitarra rítmica y caja. “En Saturno viven los hijos que no tuvimos…”; las muchachas corean la canción completa.

Para Castillos de arena, mandolina suave y el resto de la formación. Despues vuelve a la guitarra para hacer bajo aplausos y coro, Pasos de cero. Tema más movido que los anteriores.

Si hubieras querido es una canción sobre el desamor que escribió Pablo Alborán para curarse.

Perdóname inicia con un estupendo solo de guitarra. Sigue con De carne y hueso. Pablo canta y no toca. Las muchachas deliran y yo no conecto. Mandolina y bachata De carne y hueso.

Contigo, bonito arreglo. Pablo Alborán toca el piano y lo acompaña su banda. Viaje a ningún lado. 

Con Solamente tú se arma el desborde de sentimientos. El al piano y las mujeres cantan. Es decir el teatro. 

Pablo con el grupo, ya hacia los finales (Foto: Alfonso Quiñones)

Sigue al piano con Dicen. Ademas de chicas habían algunos varones que le gritaban Te amo, papi.

DEJAR AL PÚBLICO JADEANDO

La joven del lado derecho ha dado ella el concierto. La de la izquierda se la ha pasado haciendo videos y mandándolos a alguien que Dios sabrá por celular.

El público corea Pablo, Pablo, Pablo… Pablo Alborán escucha.

Tabú. Palmadas. Movida. Luego toma la guitarra, la rasga: La fiesta. Público de pie.

Amigos, canta y él tocando la guitarra.

Carretera y manta con falso final.

Sale tras bambalinas, toma algo de agua. Regresa y canta Quien.

Y canta otro tema más, bajan el telón y deja a esas muchachas jadeando de amores imposibles. Y de abures, que mañana nos vemos de nuevo.

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