De grandes hojas color verde brillante, nervios marcados y tallos que pueden ser amarillos, blancos o rojos, la acelga es un alimento con una enorme cantidad de nutrientes que trae beneficios para la salud de quien lo consume.
La acelga es una subespecie de las plantas beta vulgaris, al igual que el betabel, por lo que su nombre científico es beta vulgaris var. vulgaris o beta vulgaris var. cicla y forma parte de la familia de las quenopodiáceas.
Esta planta es originaria de Asia y los registros históricos la ubican desde la antigüedad. Los sirios, por ejemplo, ya la cultivaban en el año 800 a. C. Los romanos, por su parte, la preparaban en sopa junto a otras verduras.
El cultivo tradicional de la acelga se dio en las regiones costeras de Europa y al norte de África, en la región del Mediterráneo, de donde se extendieron al resto del mundo.
La parte comestible de la acelga es la hoja. Cabe mencionar que algunas de sus variedades se cultivas exclusivamente para ser una planta ornamental.
La acelga es un alimento de alto valor nutritivo y bajo aporte calórico, además, es muy rica en vitaminas y minerales, convirtiéndola en una planta que no puede faltar en la dieta de quien quiera llevar una vida más saludable.
En cuanto a vitaminas, la acelga contiene vitamina A, B1, B3, B5, B6, B9 (también conocida como ácido fólico), además de vitamina C, E y K, así como niacinas. Mientras que en el caso de minerales, la planta es rica en calcio, sodio, potasio, yodo, hierro, fosforo, magnesio.
El consumo de esta planta aporta al cuerpo humano algunos ácidos grasos como el omega-3, luteína flavonoides, betacaroteno, y zeaxantina.
Todo lo anterior, principalmente su alto contenido en calcio y ácido fólico, hacen de la acelga un alimento ideal para adultos mayores, mujeres embarazadas, niños en crecimiento y hasta deportistas.
La acelga ofrece un excelente aporte de fibras solubles, lo que ayuda a mejorar el tránsito intestinal y, a su vez, a prevenir el estreñimiento. Mientras que su presencia de luteína es benéfica para funcionamiento de la vista e incluso actúa como protector frente al desarrollo de cataratas.
Además, la presencia de la luteína en la sangre también se ha relacionado con la prevención de malestares cardiovasculares, como un infarto miocardio y accidentes cerebrovasculares.
Aunque es un alimento bastante usado, existen algunas contraindicaciones que deben seguirse ante su consumo humano para evitar efectos secundarios no deseados.
Es importante recordar que la acelga contiene una importante cantidad de oxalato cálcico, por lo que debe ser consumida con moderación por aquellas personas con tendencia a padecer cálculos renales.