El actor cubano Mario Balmaseda falleció en La Habana a la edad de 81 años. Era un coloso de la actuación.
Mario Federico Balmaseda Maurisco había nacido el 19 de enero de 1941 en La Habana.
Balmaseda se había hecho acreedor de los premios Nacional de Teatro (2006), Nacional de Televisión (2019) y Nacional de Cine (2021).
Director teatral y maestro de al menos dos generaciones de actores y actrices cubanos, su calidad humana y magisterial le permitió que hoy sea recordado como un gran maestro de la actuación.
Su actuación en Andoba, de Abraham Rodríguez es memorable.
Si el obrero cubano de los 70, 80 y 90 tuvo una definición en escena ese fue Mario Balmaseda, pero sobre todo la puesta en crisis de la masculinidad hegemónica, con la confesión del miedo en algún que otro papel, como en La inútil muerte de mi socio Manolo que en 1989 tuvo un enorme impacto en la escena cubana.
A Mario se le recuerda en las tablas por su Lenin del año 84. Era leyenda urbana que Mario no salió del personaje mientras se mantuvo la obra en cartel. El maquillaje solamente le llevaba casi 8 horas de su vida.
Se ha sabido que su conexión con el mundo de la actuación fue a través de la vedette del Teatro Martí, Digna Zapata, que era prima de su madre.
Su carrera artística inició como aficionado en el teatro, a finales de la década del 60, en la primera Brigada de Teatro Obrero-Campesino.
Mario Balmaseda estudió Dramaturgia en el Teatro Nacional de Cuba y en la República Democrática Alemana.
Mario Balmaseda EN EL CINE Y LA TELEVISIÓN
Su llegada a la pequeña pantalla fue a través de las Aventuras de Juan Quinquín y la serie En silencio ha tenido que ser.
En 1971 Mario Balmaseda llegó al cine con Los días del agua, del director Manuel Octavio Gómez y, desde entonces se le pudo ver en la pantalla grande durante décadas. Protagonizó o tuvo papeles relevantes en filmes como El hombre de Maisinicú (1973) de Manolito Pérez, De cierta manera (1974), de Sarah Gómez; Se permuta (1983) de Juan Carlos Tabío; o haciendo de Maceo, en Baraguá (1985), de Pepe Massip, En tres y dos (1985), de Rolando Díaz, La inútil muerte de mi socio Manolo(1990), de Julio García Espinosa,Entre ciclones(2002), de Enrique Colina; La obra del siglo;(2015) de Carlos M. Quintela.
La llegada de Mario Balmaseda a la pequeña pantalla fue a través de las Aventuras de Juan Quinquín junto a Julito Martínez, y la serie En silencio ha tenido que ser, así como La gran rebelión, y Un bolero para Eduardo, entre otras series.
