En la terminal 2F del aeropuerto de Roissy, Charles De Gaulle en París, hay un asiento cubierto con una sábana blanca. 

En ese asiento era donde usualmente se sentaba Mehran Karimi Nasseri, un refugiado político iraní que vivió más de 18 años en el aeropuerto parisino, quien falleció el pasado sábado en ese mismo lugar. 

Muchos pensaron de la película La terminal, que era absolutamente absurda e irreal la historia que narraba.

En ella, al final se casa con una joven que trabajaba en el aeropuerto, papel desempeñado por Zoe Saldaña. Se trataba obviamente de una licencia cinematográfica.

En la película además de Tom Hanks, que hace el rol de Viktor Navorski, y Zoe Saldaña como la agente de fronteras Dolores Torres, tomaban parte Catherine Zeta-Jones como Amelia Warren, Diego Luna en el papel de Enrique Cruz, Stanley Tucci como Frank Dixon y Kumar Pallana en el rol de Gupta Rajan.

La terminal aeroportuaria la construyeron dentro de un aeropuerto militar en California, y los exteriores en Montreal.

La película vuelve a tomar vida, probablemente se encuentre en alguna plataforma de streaming, al conocerse que el sábado pasado falleció en una terminal aeroportuaria de París la persona que inspiró esta película: el iraní Mehran Karimi Naseri.

El fallecimiento de Naseri, también conocido como “Sir Alfred Mehran”, ocurrió poco antes del mediodía del sábado en la terminal 2F, según una fuente declaró a la AFP.

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VIDA DE NADIE

Mehran Karimi Naseri había nacido en 1945 en Irán, en el campamento de la Compañía de petróleo anglo-iraní, situado en Masjed Soleyman. Su padre era un médico iraní que trabajaba para la compañía, y su madre era una enfermera escocesa que trabajaba en las mismas instalaciones. 

En buena lid fue un don Nadie, una persona sin papeles oficiales, que vivió refugiado durante la friolera de 18 años en la terminal 1 del aeropuerto de París-Charles de Gaulle desde el 8 de agosto de 1988 hasta julio de 2006, cuando fue hospitalizado por causas desconocidas. 

Según Wikipedia había cursado estudios  yugoeslavos en la Universidad de Bradford (1973-1974). En esta etapa participó en protestas contra Mohammed Reza Pahlevi, el Shah de Irán, en 1974. Al regresar a su país, el 7 de agosto de 1975 después de que se detuvieran los ingresos para sus costes universitarios y al llegar al aeropuerto internacional de Teherán, fue llevado directamente a la prisión de Evin por la policía secreta iraní (SAVAK), donde fue detenido y torturado durante cuatro meses antes de ser expulsado del país. 

Peticiones de asilo rechadas

Su situación fue tan rocambolesca como inverosímil. Al volver a Europa, pidió asilo en Berlín Oeste y en los Países Bajos en 1977, pero fue rechazado. 

En 1978 solicitó asilo en Francia, pero fue rechazado de nuevo. Más tarde también perdió la apelación. 

Le ocurrió lo mismo en Yugoslavia e Italia. Al intentarlo en Francia por segunda vez en 1980 apeló y su apelación la rechazaron. 

Su petición de asilo fue rechazada en el Reino Unido. Nasseri fue expulsado del Reino Unido e intentó ir a la Alemania Occidental, siendo expulsado en la frontera belga antes de ser aceptado por este país.

El 7 de octubre de 1980, su petición de asilo la aceptaron por el alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados en Bélgica. Nasseri vivió en Bélgica hasta 1986, cuando decidió mudarse al Reino Unido. 

Según declaró, fue asaltado y su bolsa fue robada mientras esperaba en el andén para ir al aeropuerto Charles de Gaulle a tomar un vuelo hacia Heathrow.

Así vivía Nasseri (Fuente externa)

Nasseri consiguió tomar el avión. Al llegar a Heathrow sin la documentación necesaria, los funcionarios de ese aeropuerto le mandaron de nuevo al Charles de Gaulle. 

Nasseri fue incapaz de probar su identidad o su condición de refugiado a los franceses, por esto lo trasladaron a la zona de espera, un espacio dedicado a los viajeros sin documentación.

El abogado de derechos humanos Christian Bourget tomó su caso y en 1992 un tribunal francés dictó la sentencia de que Nasseri no lo expulsarían de Francia porque había entrado al país legalmente como refugiado.

Aún así, el tribunal no podía forzar al Estado francés a dar a Nasseri la condición de refugiado o permiso de tránsito; así que Nasseri permaneció en estado irregular dentro del edificio de la terminal del aeropuerto.

El abogado Bourget instó al Gobierno belga a que mandara los papeles originales de Nasseri.

Los trabajadores del aeropuerto ayudaron a Nasseri a tener un habitáculo debajo de una escalera eléctrica (Fuente externa)

La trampa belga

Los funcionarios encargados de los refugiados se negaron a enviarlos a Francia, aduciendo que Nasseri debía presentarse en persona para poder identificarle como el mismo hombre al que ellos habían enviado los papeles originales.

Según la ley belga, un refugiado que deja voluntariamente el país no está autorizado a volver y, por lo tanto, el Gobierno belga no permitió a Nasseri viajar de vuelta a Bélgica a reclamar los papeles.

En 1995 el Gobierno belga ofreció un trato a Nasseri. Lo autorizaban a viajar a Bélgica a recuperar sus papeles de refugiado, si se quedaba a vivir en el país bajo la supervisión de un trabajador social.

Nasseri se negó aduciendo que él no quería vivir en Bélgica, sino en el Reino Unido.

Nasseri en francia

En 1999 el Gobierno francés otorgó a Nasseri un permiso temporal de residencia y un pasaporte de refugiado, dándole la oportunidad de vivir en Francia y permitiéndole finalmente dejar el aeropuerto.

No obstante, Nasseri se negó a firmar los papeles necesarios, afirmando que estos no le reconocían correctamente.

Su negación a firmar los papeles fue tal vez por culpa de su ya débil estado psicológico, pues había empezado a afirmar que no era iraní y que no era capaz de hablar persa. También había empezado a llamarse a sí mismo “Sir Alfred”.

En algún momento había recibido una carta de las autoridades británicas que comenzaba de ese mismo modo, “Sir Alfred…”, y desde ese momento Nasseri afirmó que ese era su nombre oficial.

En 2003, la productora DreamWorks de Spielberg pagó 250.000 dólares a Nasseri por los derechos de su historia, pero finalmente no la utilizó en la película The Terminal.

A lo largo de los años Nasseri se había acostumbrado a su vida en la terminal del aeropuerto.

El personal aeroportuario a veces le limpiaba la ropa y llegaron hasta a donarle un sofá.

Pasaba la mayor parte del día escuchando la radio, estudiando economía, leyendo libros y escribiendo su diario.

A inicios de los 90 había inspirado al director francés Philippe Lioret, quien había adaptado al cine la historia en la película En tránsito (1993) (título original: Tombés du ciel).

Sin proponérselo, Nasseri siendo Nadie se convirtió en parte de la cultura popular, para admiración de muchos.

Así el cuento “La escala de quince años”, escrito por Michael Paterniti y publicado en GQ describe parte de su historia. The Best American Non-Required Reading, narra la vida de Nasseri. El director irano-finlandés Alexis Kouros realizó un documental titulado Waiting for Godot at De Gaulle (2000).

En 2001, Glen Luchford y Paul Berczeller hicieron el documental ficcionado Here to Where, también con Nasseri. Hamid Rahmanian y Melissa Hibbard filmaron un documental llamado Sir Alfred del aeropuerto Charles De Gaulle (2001).

En 2004 se publicó la autobiografía de Nasseri, The Terminal Man, a partir del diario escrito por Nasseri durante su estancia en la Terminal 1 y coescrito con el autor británico Andrew Donkin. Fue publicado en el Reino UnidoAlemaniaPoloniaJapón y China, siendo reseñado en The Sunday Times como “profundamente perturbador y brillante”.

Nasseri fue la inspiración para la ópera contemporánea Flight del compositor británico Jonathan Dove, que ganó el premio Helpmann en el Adelaide Festival Theatre en marzo de 2006.

Ese mismo año Nasseri fue hospitalizado y por fin salió del aeropuerto. Luego se le alojó en un hotel cercano durante unas semanas.

El lunes 5 de marzo de 2007, se le trasladó al centro de acogida de Emaús en el distrito 20 de París, donde vivió un tiempo hasta que regresó al aeropuerto.

Hace pocas semanas regresó a “su casa” en el aeropuerto Charles de Gaulle, donde era posible verlo desandando los pasillos con su carrito y las pertenencias que la vida de paria le permitió tener.

La causa de la muerte de Nasseri ha sido infarto agudo del miocardio. Fue Nadie. Un hombre sin patria desde el 1977 hasta el 2022.

Pero un ser humano inspirador en la cultura popular. Sin medallas, ni pasaportes. Sin identidad propia. Fue el ejemplo absoluto del emigrante incomprendido.

Solo cabría preguntarse: ¿cuántos Nasseri habrá por ahí?

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