Dora Mateo, teniente del Ejército de República Dominicana (ERD), asegura que el ser miembro de esta institución le ha permitido ser el mejor ejemplo para sus hijos
Con un uniforme que la hace sentir orgullosa y con una timidez que al parecer la caracteriza, la teniente del Ejército de República Dominicana (ERD), Dora Mateo, en sus años de vida se ha dedicado a esta institución, a su hogar y a sus hijos. Asegura que aunque combinar esas tres variables, hace aproximadamente 28 años atrás, cuando entró a formar parte de ERD, fue difícil, lo logró.
Su mirada transmite, ante aquellos que conversan con ella, que el haber pasado por precariedades y entrar cada día a las 6:30 de la mañana a servir en las filas del Ejército de República Dominicana, no fue un impedimento para darlo todo por su familia. Narra que junto a su esposo, quien falleció hace ocho años, se esforzó en educar a sus hijos y demostrarles mucho amor.
“Cuando llegaba a mi casa de mi jornada, lavaba y planchaba la ropa de mis hijos, y al día siguiente, antes de irme, los levantaba, los bañaba, los vestía y les daba el desayuno”, manifiesta.
En sus inicios, esta madre y esposa, señala que se desempeñó como conserje, luego pasó al comedor de oficiales y, por último, a la biblioteca de la Academia Militar Batalla de las Carreras, donde actualmente desempeña su trabajo.
A la fecha, esta sancristobalense de nacimiento no se arrepiente de nada, debido a que Sanelba Batista de 30 años, quien estudió Hotelería y Turismo y Juan Carlos Batista de 34, capitán ERD, (sus hijos) son ciudadanos valiosos, honrados y amorosos.
Con sus palabras, Mateo transmite lo que siente; que el Ejército es su orgullo y sus hijos su gran trofeo. “Me siento orgullosa del Ejército. Todo lo que he tenido se lo debo a esta institución. Aquí he avanzado mucho… y es uno de los motivos por el cual logré sacar a mis hijos adelante junto a mi esposo”.
Comparte que muchas personas piensan que ser miembro de esa institución es un pequeño obstáculo para darle una buena educación a los hijos y no es así, más bien, afirma que es un trabajo que permite ser el mejor ejemplo para ellos. A la vez hace referencia a que “vengo de muy abajo y lo que tengo se los debo a la milicia”.
Clave para educar a los hijos
¿Qué hacen?, ¿con quién se juntan?, y ¿dónde van?, son las preguntas esenciales que deben hacerse los padres sobre lo que realizan sus hijos en el día a día, y si saben las respuestas eso les garantizará un mejor futuro, sostiene la teniente.
“Hay que ponerle atención a los hijos. Una de las cualidades más importantes que debe tener una madre, es ser amiga de ellos, para que tengan confianza en comunicarles tanto lo bueno como lo negativo que puede ocurrir en su entorno”, declara.
Asimismo, indica que “mis hijos me agradecen mucho. Ellos les dicen a sus amigos que están orgullosos de que sea su madre”.
Experiencia
Para Mateo una de las situaciones que le ha tocado vivir y la ha dejado pensando sobre muchos jóvenes, fue cuando un adolescente la atracó a ella y a una vecina.“Uno de los fuertes males que estamos viviendo en la sociedad es la delincuencia en la que se están involucrando nuestros jóvenes”.
Sobre este hecho, comenta que los padres tienen una gran responsabilidad en sus manos y es investigar el entorno en el que se desenvuelven sus retoños, si es que queremos apostar a un mejor futuro y a una mejor sociedad.
Aprovecha la ocasión para exhortar a los más jóvenes, a que sigan hacia adelante por la vía adecuada. Recomienda que en caso de necesitar ayuda, que la pidan, que toquen puertas, que si dos se le cierran siempre hay una que se les abre. Mientras que les aconseja a las madres que luchen por sus hijos, para que mañana tengan un buen porvenir como ella lo ha tenido con los suyos. “Yo no pierdo la esperanza de que tengamos un mundo mejor, pero todo está en nuestras manos”, indica.
Su hijo
Cabe destacar que su hijo, el capitán Juan Carlos Batista Mateo siguió los pasos de su madre, ya que la veía como una fuente de inspiración, disciplina, valores y principios; realizando una carrera militar en la misma casa de estudios militares en la que labora su madre.