Desde el momento en que una mujer confirma que está embarazada, una de las primeras interrogantes que le surgen en su cita con el doctor es: “¿cuándo daré a luz?”. Según el director del Instituto Latinoamericano de Perinotalogía de la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia y asesor de la Dirección del Hospital en materia de neonatos, pediatra y perinatólogo, Luis Rivera, un parto está considerado a término después de las 37 semanas. Si este se produce antes de este período, se valora como prematuro.
“Cuando un bebé nace antes de tiempo se enfrenta a diversas dificultades que ponen en juego su supervivencia, ya que no está preparado para el mundo exterior”, a diferencia de aquel que nace a término, explica Rivera.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se registran más 15 millones de bebés prematuros en todo el mundo. El parto pretérmino es la principal causa de mortalidad entre los recién nacidos.
Los niños prematuros se dividen en subcategorías, en función de la edad gestacional: prematuros extremos (24 a 28 semanas); muy prematuros (28 a 32 semanas; prematuros moderados a tardíos (32 a 37 semanas).
Cuidados del bebé prematuro
“Me atrevo a decir que entre las instituciones públicas y privadas, la única unidad que está en capacidad para el cuidado de los recién nacidos prematuros extremos ( los que puede pesar entre una libra y media, y dos), la tiene este hospital”. Añade que la mayoría de las instituciones del país no están capacitadas para la debida atención de un niño en estado frágil, como son los prematuros.
El doctor destaca que la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia tiene una inversión hecha en un área apta para los neonatos, donde se les salva la vida a la gran mayoría de los que tienen más riesgos de morir.
“Tenemos una gran cantidad de equipos de tecnología de punta, de primera categoría, como son incubadoras, respiradores… pero además de eso, los recién nacidos cuentan con nutrición especial que se les suministra a través de las venas durante un tiempo determinado”. Con relación a esto, Rivera, afirma que hacen un manejo delicado de estos bebés.
Por otro lado, el perinatólogo expresa que el cuidado de un bebé prematuro enfermo es más complicado que el que haría un intensivista en un adulto. “No hay comparación. El bebé que nace antes de tiempo y que requiere intensivo, su atención es mucho más compleja y dificultosa que cualquier otro ser humano demande”, indica.
Capacitación del personal
El pediatra perinatólogo señala que es muy importante la capacitación del personal que está a cargo de estos bebés. “Debemos velar por un personal preparado, no solamente médicos, sino también enfermeras, psicólogos, neurólogos, entre otros, ya que se necesitan especialistas de todas las ramas”.
Rivera dice que si se quiere salvar recién nacidos con riesgos de morir, el país debe preocuparse por capacitar a quienes tienen la responsabilidad de hacerlo. En ese sentido, dice que faltan enfermeras que se capaciten en las universidades y se gradúen en atención especializada para los recién nacidos, en especial a aquellos que son prematuros, ya que un error que se cometa puede dar lugar a que el niño padezca una condición muy grave.
“Quien se encargan del manejo directo son esas personas”, alega Rivera, aunque reconoce que ya hay universidades que están haciendo un gran esfuerzo para que ellas puedan hacer una especialidad en el cuidado de éstos bebés.
Además, al momento de darle de alta, desde el punto de vista médico, las madres también requieren que alguien les asista con el cuidado de sus hijos prematuros, porque en la mayoría de los casos no saben cómo hacerlo.
Factores y consecuencias
“Más de un 30 por ciento de las mujeres embarazadas en este hospital son adolescentes”, dice Rivera.
El doctor sostiene que hay un grupo de embarazadas que llama la atención, que son las que tienen edades entre 15 y 19 años. “Sus hijos pueden ser prematuros, o simplemente de bajo peso, porque el útero todavía no se ha desarrollado lo suficiente para alojar de manera exitosa un embarazo que llegue a término”.
Entre los factores que pueden complicar un embarazo, de acuerdo a Rivera, están: la edad, una mala nutrición, así como que la madre use drogas y fume. Asimismo, influyen algunas patologías, como por ejemplo la hipertensión.
“Muchas veces esas madres que tienen hipertensión no logran pasar ni siquiera las 28 semanas, lo que resulta ser un reto mucho más inmenso”, detalla el doctor.
Salvar la vida de niños prematuros cuesta mucho dinero. Hay que tener equipos, medicamentos y manos especializadas”.
Luis Rivera
Pediatra perinatólogo