El productor de TV abrió su corazón para compartir acerca de la pérdida de su esposa Ivelisse de Núñez
Luego de diez años de que Ivelisse tuvo que despedirse de este paisaje terrenal a consecuencia de una batalla que libraba contra un cáncer, leí con detenimiento la historia que narró su esposo a raíz de ese triste suceso.
Cuando recibí el libro en el 2015 “Yo enfrenté un cáncer” de manos de Mercedes Núñez, hermana del autor, no lo aprecié como ahora cuando ya con 44 años leo con más detenimiento y valoro más cada respiro que la vida nos da.
A través de las descripciones ofrecidas por Ramón Núñez tuve la oportunidad de comprender una variedad de aspectos en torno a las vivencias de un ser que enfrentó con valentía el día a día de una enfermedad retadora y difícil (cáncer en el peritoneo).
Al partir de este mundo, justamente un 3 de mayo de 2014, Ivelisse desempeñaba varios roles: esposa, madre, abuela, amiga, hermana, cuñada, tía, trabajadora… Un vacío que todavía al día de hoy ha dejado entre sus seres queridos y cercanos.
¿Cómo recuerda a su esposa? Fue la primera pregunta con la que inicié esta entrevista, a lo que Ramón me dice: “Con mucho amor y mucha nostalgia cuando trato de recrear tantos momentos felices a lo largo de una relación de 40 años”.
Seguidamente le indago acerca de cómo regresó a su vida luego de su partida, responde: “Me reintegré a mis trabajos, a la televisión y en ese momento a la Junta Monetaria, a menos de una semana, y las pocas horas fuera de la lectura y la preparación para mis funciones las dediqué a escribir un libro que fuera un relato de nuestras vidas y a la vez un homenaje a Ivelisse”.
En el recuento que Núñez hizo en el libro no olvidó ningún detalle. Presenta cada aspecto de lo vivido durante la enfermedad: desde los días previos al diagnóstico, los médicos y hospitales a los que acudieron como familia, las medicinas, las horas de angustia tras cada tratamiento.
Me inquieta saber qué le enseñó como hombre el recorrido por una situación de tal magnitud. Me contesta: “Cuán débiles somos, cuánto nos esforzamos en ganar dinero, destacarnos y olvidamos disfrutar los bellos momentos que nos brinda el Señor”.
En la obra narró aquellos momentos felices: desde el instante en que se conocieron, cómo construyeron sus profesiones y su hogar, el nacimiento de los hijos, el paso de los años, la consolidación de su matrimonio y la llegada de los nietos.
Sobre el legado que dejó su esposa en su paso por la vida, Núñez dice: “Ivelisse fue una mujer extraordinaria, madre, abuela, esposa, socia, confidente, amiga y su mejor legado fue su vida simple y espiritual, el amor y la dedicación que nos prodigó y sigue viviendo entre nosotros a través de sus cuatro hijos y ocho nietos”.
Finalmente, conversamos sobre aquello que recomienda a los que estamos llevando vidas tan agitadas sin detenernos a mirar a nuestro alrededor. Su mensaje es contundente: “Disfrutar de cada momento de la vida, agradecer al Señor por el amanecer, por nuestro trabajo, por el detalle más simple, demostrar amor a nuestros seres queridos, dedicarles tiempo y vivir a sabiendas de que nuestra existencia en esta tierra es corta y es un regalo del Señor”.
Es necesario disfrutar de los momentos valiosos
Las reflexiones de Ramón Núñez Ramírez son necesarias en un mundo donde nos mal alimentamos, el diario vivir es estresante, no disfrutamos de momentos valiosos al lado de nuestros seres queridos y muchas veces no estamos prestando atención a las alarmas de nuestro cuerpo y salud mental. Valoremos más este espacio de tiempo en el hoy, reflexionemos y tomemos medidas sobre los hábitos que estamos teniendo tanto para nuestra alma como para el cuerpo, corazón y mente.