La Semana Santa, que está a la vuelta de la esquina, es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Sin embargo, para muchos se ha convertido en una ocasión de descanso y diversión. Se olvidan de lo esencial: este tiempo lo debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la pasión y muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al Sacramento de la Penitencia en estos días para que muera el pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua y sobre todo entender lo que es ser un verdadero cristiano.
El diccionario Webster define a un cristiano como “una persona que se precia de creer en Jesús como el Cristo, o en la religión basada en la enseñanza de Jesús.” Aunque éste es un buen punto de partida para entender quién es un cristiano, como muchas definiciones seculares, ésta, de alguna manera, no alcanza a comunicar en realidad la verdad bíblica de lo que significa ser un cristiano auténtico.
La palabra “cristiano” es utilizada tres veces en el Nuevo Testamento – en Hechos 11:26; Hechos 26:28, y 1 Pedro 4:16. Los seguidores de Jesucristo fueron llamados “Cristianos” primero en Antioquía, debido a que su comportamiento, actividad y forma de hablar fueron como los de Cristo. (Hechos 11:26) Originalmente este término fue utilizado por la gente no salva en Antioquía (es decir los no creyentes) como un tipo de apodo despectivo, utilizado para burlarse de los cristianos. Literalmente significa “perteneciente al partido de Cristo” o “partidario o seguidor de Cristo,” lo cual es muy similar a la manera en la que el diccionario Webster lo define.
Desafortunadamente con el paso del tiempo, la palabra “cristiano” ha perdido mucho de su significado y a menudo es utilizada para describir a alguien religioso o que tiene altos valores morales, en lugar de un verdadero seguidor de Jesucristo nacido de nuevo (esta vez en el espíritu) como se ve en Juan 3:3. Mucha gente que no cree ni confía en Jesucristo, se considera cristiana simplemente porque asiste a la iglesia o vive en una nación “cristiana.” Pero asistir a la iglesia, servir a aquellos menos afortunados que uno, o ser una buena persona, no es suficiente para ser cristiano.
De manera que un cristiano es alguien que ha sido nacido de nuevo por Dios (espiritualmente hablando) y ha puesto su fe y confianza en Jesucristo. Esto lo vemos en Juan 3:3,7, y en 1 Pedro 1:23. En Efesios 2:8 leemos: “Por gracia somos salvos por medio de la fe y esto no procede de nosotros, sino que es un regalo, un don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe ni se jacte”.
Un cristiano verdadero es alguien que se ha arrepentido de sus pecados y ha puesto su fe y confianza solamente en Jesucristo. Su confianza no está en seguir una religión, ni una serie de claves morales, ni una lista de cosas de qué se debe o no hacer.
Testimonios de fe
El pastor Carlos Morillo, con 25 años siguiendo a Cristo, explica que la palabra “convertirse” es cambio. “La palabra dice: arrepentíos y convertíos para que sean borrados nuestro pecados’’, comenta Morillo. “Convertirse es un arrepentimiento de quien éramos y buscar el cambio para ser alguien mucho mejor, y ese cambio viene solamente a través de una relación con Dios y experiencias de primera mano con su presencia que nos darán convicciones fuertes acerca de él, agrega”.
Morillo sostiene que una vez experimentamos que Dios es real, entonces comenzarán a suceder los cambios en nosotros y seremos su imagen.
Según laBiblia ser un verdadero cristiano tiene requisitos. Las personas podrán asistir a la iglesia, utilizar el vocabulario correcto, cantar y levantar las manos en la alabanza, pero si no llevan una vida de acuerdo a las condiciones de Dios, no es un verdadero cristiano y, por supuesto, no es aceptado por Dios.
Para Rossy Grullón, de 36 años, y quien lleva siguiendo los pasos de Jesús alrededor de seis años, ser cristiano es saber que uno tiene que estar en el orden de Dios, y no del mundo ni del hombre, guardando su palabra, a sabiendas de que si algo está mal, es mejor no hacerlo y renunciar a ello. Sostieneque el cristiano debe llevar una vida en paz con Dios y consigo mismo, permitiendo que el propósito divino se cumpla en su vida.
Grullón explica que la mayoría de personas entienden que el cristiano debe restringirse de todo, pero no es así. “Renunciar a las cosas del mundo no significa irnos a vivir a un monasterio, significa vivir en él, pero dejando de lado muchas cosas que no agradan a Dios, que no edifican y que nos contaminan. Es cambiar de hábitos y escoger tanto lo que escuchamos, lo que vemos, como lo que hacemos. Por ejemplo si fumar o consumir alcohol es dañino para tu cuerpo, lo ideal es no hacerlo. Los vicios no son buenos. El que se embriaga pierde la cordura y llega a hacer incluso, lo que no quiere. Todo es permitido pero con moderación”, comenta.
Así, Diana Rodríguez, de 28 años, sostiene que la mejor decisión que ha tomado fue convertirse al Señor hace ya nueve años. “En ese momento reconocí que no podía seguir como oveja que no tiene pastor, y comprendí que el dueño del rebaño también murió por mí. La conversión me ha llevado a reconocer mis errores y levantarme con nuevas fuerzas. Es ese proceso que transforma tu modo de pensar, haciéndote nacer de nuevo en espíritu con una revelación que te hace apreciar las cosas que realmente son importantes en esta transitoria vida”, dice.
¿Qué más se necesita para ser un verdadero cristiano?
Pero ser un verdadero cristiano requiere de algo más. Para entregar nuestra vida a Cristo, según las Sagradas Escrituras hay que arrepentirse de los pecados cometidos y someter nuestra voluntad a la de Dios. Como dijo el apóstol Pablo, primero debemos bautizarnos para que nuestros pecados sean perdonados y luego esforzarnos por no pecar más. “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” (Romanos 6:4).
Y, en el libro de Gálatas, Pablo lo aclara más, explicando que “todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos” (Gálatas 3:27).
Estar “revestidos de Cristo” es cambiar por completo nuestra manera de pensar y comenzar a vivir según la palabra de Dios (Mateo 4:4). Además, Romanos 8:9-10 nos revela que, luego de ser bautizado, un cristiano necesita recibir el Espíritu Santo, el poder que le permitirá vencer hábitos y pensamientos pecaminosos
Saber
Según los creyentes, para ser un verdadero cristiano hay que estudiar la palabra de Dios para conocer su voluntad y someternos a ella. Es orar diariamente para estrechar nuestros lazos afectivos con el Pader celestial, pero también significa amar y servir al prójimo desinteresadamente, como Cristo lo hizo.