En sus momentos de crisis, a la joven empresaria Yasmin Cid le llegó la creatividad y creó su blog “Entre libros y café”
Yasmin Cid es una joven empresaria, amante de las buenas historias y filántropa por naturaleza. Difusora del programa Dominicana Lee del Ministerio de Educación de la República Dominicana (Minerd), administradora del portal Puerto Plata Digital, creadora del movimiento Literando RD y propietaria de un proyecto de marketing digital. Sin embargo, el camino recorrido y la enfermedad superada hasta llegar a su realidad actual no ha sido nada fácil.
Aparecen los problemas de salud en Yasmin
¿Yasmin, cómo y cuándo te enteraste de que tendrías que someterte a una cirugía de columna?
Yo nací con una psicosis congénita en la columna (desviación avanzada), desde pequeña no me afectaba, fue en la adolescencia cuando noté que estéticamente no me veía bien, pero en ese momento me sugirieron que no me operara.
En 2014 empecé a cojear levemente. En ese tiempo estudiaba Administración de Empresas Turísticas y tenía el temor de que no me contrataran por mi apariencia, afortunadamente no fue así y sin terminar la universidad laboraba en el área de hotelería. Ya era económicamente independiente pero vivía siempre con el miedo de ir al médico.
¿Cómo fue el proceso para decidir operarte tan joven?
En 2018 y 2019 dejé de caminar y andaba en silla de ruedas. Ya no solo era cojera leve, sino también ardor en las piernas, calambres, dolores neurológicos intensos, mi pierna no respondía e incluso dejé de sentir.
Esos años fueron mis momentos más oscuros, lloraba mucho, me decía que hasta aquí llegó todo con tan solo 35 años.
Me encerré en mi misma, solo leía para escapar de mi realidad, me encerraba en los libros. Nadie se imaginaba la depresión por la que pasaba.
Hasta que comencé a visitar médicos pero ninguno me convencía. Llegué hacia el doctor Iohan Fernández. Desde el primer momento fue sincero y me dijo que estaba para cirugía porque mi columna tenía mis nervios de la pierna comprimidos y esto evitaba que el cerebro mandara la comunicación a mis piernas para caminar.
Me hicieron los estudios y sentí que debía operarme con él, porque si no lo hacía iba a dejar de caminar definitivamente. Era el momento exacto, Dios lo tenía destinado.
¿Cómo te sentiste el día de la cirugía?
Mi familia estaba asustada por el proceso quirúrgico. Yo por dentro estaba muy mal, en todos los niveles. La cirugía fue muy compleja y sobre todo riesgosa. Fueron nueve horas pero gracias a Dios todo salió bien. Un dato a destacar es que el Minerd me llamó ese mismo día para trabajar con ellos en el proyecto literario “Dominicana lee”. Ellos me abrieron las puertas y apoyaron mi talento. Visualicé en mí a jóvenes que tienen una discapacidad y podrían ser contratados por otros ministerios, la verdad es que me gustó esa apertura gubernamental.
¿Qué tan difícil ha sido el proceso de recuperación?
Lento, incómodo y doloroso. Tengo 20 tornillos y dos varillas en la columna. Me cuesta acostumbrarme a dormir de otra forma, duré tres meses sin dormir. Al principio nunca dormía más de 30 minutos porque todo lo que hacía era llorar.
En ocasiones me desesperaba porque pensaba en que iba a caminar antes de tiempo. Todavía continúo yendo a terapias para caminar. A pesar de que ha sido un proceso doloroso, lo haría 10 veces si tuviera que hacerlo. Mi columna se ve bien y me siento bendecida por caminar en tan poco tiempo. Soy muy distinta a esa que entró sin caminar.
Yasmin Cid entre refugio y esperanza
¿La fe formó parte de ese proceso o te sentías con algún tipo de depresión o desesperanzada?
Dios fue parte de mi proceso, él me mantuvo a flote, así como los libros y mi familia.
En mis momentos de crisis surgió la creatividad a través de la creación de mi blog “Entre libros y café”, una bendición, de allí nació Literando RD y mi empresa de marketing digital, gracias a Dios tengo clientes en todo el país sin necesidad de publicidad, ellos mismos me recomiendan.
¿En qué o quiénes te aferraste para no desfallecer en el camino?
Estuve cuatro meses sin poder pararme sola o valerme por mí misma. Los libros, mi familia y el trabajo eran mi propia compañía.
Me aferré ayudando a los mayores y compartiendo literatura con los demás, así me sentía útil para la sociedad.
¿Qué consejo le darías a alguien que esté atravesando por esta situación o tenga algún tipo de discapacidad?
Que no se encierre en sus pensamientos, la mente es muy fuerte. Busquen algo que les guste y que los distraiga.
Aunque muchos me dijeron que ni locos se operaban, les aconsejo que no esperen a dejar de caminar o a tener más edad para que lo hagan. La medicina está avanzada y existen cirugías mínimamente invasivas.
Me preocupa ver tantas personas que continúen con ese temor cuando tenemos muchos médicos preparados en nuestro país.
¿Cuáles dirías tú que han sido tus mayores logros durante este proceso de enfermedad?
Ayudé a un joven que nació con un problema cerebral. Dentro de Literando RD hablé con la ministra de la Juventud en ese entonces y le invitaron al Palacio Nacional. Vi sus ojos y su alegría y las hice mías.
Gracias a todo lo que he pasado es que decidí compartir mi proceso.
¿Cómo te sientes ahora de salud y emocionalmente?
Este proceso postquirúrgico me acercó más a Dios, me detengo a brindar mi apoyo y ayuda a los necesitados, ayudar a los mayores, me fio más en dar lo mejor de mí y no dejar la sociedad en como la encontré. A través de la literatura quiero ofrecerle a la gente un poquito de lo que los libros me han dado.
¿Qué otras cosas estás haciendo actualmente?
Soy estudiante de Psicología Educativa porque esta carrera y esta servidora nos hacemos fieles aliados para emprender el vuelo hacia nuevos horizontes y hacer justicia al compás de los sueños y anhelos.
Gracias a esta maravillosa profesión, seré capaz de trabajar un sin fin de temas y acciones para sembrar esperanzas y cultivar proyectos colectivos.
¿Cuál entiendes que es tu legado?
El legado que me gustaría dejar es ser un referente de motivación e inspiración y ayudar a personas que al igual que se encuentran deprimidas.
Invito a los jóvenes con y sin discapacidad, a que luchen por sus sueños profesionales, atrévanse a explorar todas las carreras disponibles en las universidades públicas de nuestro país. ¡Miren hacia el desierto árido, donde los demás no quieren sembrar, ahí con su esfuerzo y tenacidad, lograrán cosechar grandes éxitos