Un estudio de la UOC concluye que el consumo moderado de curcumina, componente activo de la cúrcuma, puede favorecer la recuperación muscular y reducir el dolor tras la práctica de actividad física intensa.

La cúrcuma es una planta de la familia del jengibre que se utiliza desde hace miles de años en la gastronomía como especia o colorante alimentario. Además de en la gastronomía, la cúrcuma y su componente activo, la curcumina, se utilizan de manera regular para diversos tratamientos basados en la medicina tradicional asiática.

Ahora, investigadores del grupo epi4Health de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) han comprobado que la cúrcuma y sus derivados, como la curcumina, tienen potencial para reducir el daño muscular y la inflamación que se produce en el sistema musculoesquelético tras la práctica de ejercicio físico intenso.

“La ingesta, antes y después del ejercicio, de curcumina se asocia con mejores resultados en la recuperación muscular, la reducción del dolor y la mejora de la capacidad antioxidante”, explica Daniel Vasile Popescu-Radu, farmacéutico nutricionista doctorando en Salud y Psicología por la UOC, y principal autor de este trabajo, tutorizado por Patricia Martínez.

De hecho, este complemento es ampliamente conocido por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Pero este grupo de expertos ha constatado estos resultados en el ámbito deportivo en una revisión de la literatura científica, publicada recientemente en acceso abierto en la revista Journal of the International Society of Sports Nutrition, detalla Popescu-Radu.

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