El psicólogo Pedro Reyes afirma que el cerebro es uno de los lugares donde la ansiedad ejerce más influencia
La ansiedad es una experiencia humana común y natural, pero cuando se vuelve crónica o abrumadora puede tener un profundo impacto en nuestra salud mental y física.
Uno de los lugares donde la ansiedad ejerce su influencia más notable es en nuestro cerebro, “el epicentro de nuestras experiencias y emociones”, explicó el psicólogo general Pedro Reyes.
El profesional de la salud mental reveló que en el contexto de la psicología, la ansiedad se define como un estado emocional caracterizado por sentimientos de preocupación, nerviosismo y aprensión ante situaciones percibidas como amenazantes o estresantes. Además, se considera una respuesta adaptativa del organismo que tiene como objetivo alertarnos sobre posibles peligros y prepararnos para hacer frente a ellos.
“Si bien la ansiedad como respuesta puede ser útil en situaciones de peligro inmediato, la ansiedad crónica o persistente puede tener efectos negativos en el cerebro a largo plazo”, manifestó el doctor Reyes quien cuenta con maestría en neuropsicología.
El experto afirmó que la exposición prolongada al estrés y la ansiedad pueden provocar cambios estructurales y funcionales en el cerebro, especialmente en regiones claves involucradas en el procesamiento emocional y el control cognitivo.
La ansiedad, detalló está asociada con una disminución del volumen del hipocampo, una región del cerebro relacionada a la memoria y los procesos de aprendizaje, por otra parte, puede alterar la actividad y la conectividad entre la amígdala cerebral y la corteza prefrontal, lo que dificulta la regulación emocional y el control de los impulsos.
“Estudios recientes, como el realizado por Smith y colaboradores (2023), han demostrado que la ansiedad crónica puede afectar la plasticidad cerebral, según lo revelado por técnicas de neuroimagen. Este estudio ofrece una visión detallada de los cambios estructurales y funcionales en el cerebro asociados con la ansiedad prolongada”, señaló el terapeuta del Centro Vida y Familia Ana Simó.
Además, consideró importante diferenciar entre la ansiedad adaptativa, que es una respuesta natural y útil a situaciones estresantes, y la crónica que a largo plazo puede ser perjudicial para la salud mental y física. “La ansiedad crónica puede tener consecuencias significativas en el cerebro, incluida una mayor producción de cortisol que puede afectar negativamente la plasticidad cerebral y la función cognitiva”, explicó Reyes.
Otros aspectos
Pedro Reyes, quien cuenta con maestría en neuropsicología resaltó que la neurogénesis, el proceso de formación de nuevas neuronas en el cerebro, también puede estar relacionada con la ansiedad.
En ese sentido, destacó que “investigaciones como el estudio de García et al. (2024) exploran la relación entre la neurogénesis y la ansiedad utilizando modelos animales, que examina cómo el estrés crónico afecta la formación de nuevas neuronas en el hipocampo y su implicación en los trastornos de ansiedad”.
Por ello, consideró importante para combatir los efectos negativos de la ansiedad en el cerebro adoptar estrategias y enfoques que promuevan la salud mental y el bienestar emocional que puede incluir técnicas de manejo del estrés como la meditación y el mindfulness, una buena higiene del sueño y la práctica de la inteligencia emocional para reconocer y gestionar las emociones de manera efectiva”.
Prácticas simples que disminuyen la ansiedad
El psicólogo general aconsejó incluir prácticas simples como el contacto con la naturaleza, pasar tiempo al aire libre y practicar yoga y respiración diafragmática. Además, mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, llevar un registro de los factores estresantes y establecer límites saludables que ayuden a reducir el estrés y promover la resiliencia emocional.