Sin embargo, no todas las universades cuentan con acreditación, dice Leonardo Conde, decano de la Facultad de Negocios en la UNPHU
Las condiciones de las estructuras, la preparación de los profesores, la evaluación de los estudiantes y la búsqueda de soluciones para mejorar las debilidades, son algunos de los estándares que tanto la facultad como la universidad deben cumplir para obtener una acreditación, señala Leonardo Conde, decano de la Facultad de Negocios de de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UHPHU). Lo cual, sostiene, debe ser sistemático y no aislado.
Sobre ello, una de las preguntas más importantes para un estudiante es: ¿qué ventajas obtengo y qué tengo asegurado al elegir una universidad acreditada? Conde afirma que la acreditación es sinónimo de enseñanza, ya que la mayor repercusión es que permite mejorar su calidad y, con ello, formar buenos profesionales. Además, indica que a la hora de que ese estudiante solicite una maestría en cualquier país, la acreditación le ayudará obtenerla.
Cumplimiento de estándares
Para que los alumnos puedan tener una formación de calidad, Conde destaca que la formación de los profesores es indispensable. “Se nos exige que los profesores tengan una fuerte relación con su área, un determinado número de años de experiencia en el salón, así como doctorados”. Asimismo, las universidades deben tener una interacción con los llamados grupos de interés: estudiantes, empleadores y egresados. “Éstas tienen que hacer una inversión cuantiosa y muchas no están en las condiciones de hacerla o aún no ven la importancia de esta”, expresa. “Nosotros todavía estamos en el proceso. Les exhortamos a las que quieran, tener la voluntad y que sus autoridades estén conscientes de la importancia de la acreditación. Porque si inician el proceso y en medio de este se dan cuenta de que no desean someterse a uno de los criterios, entonces, ahí fracasan como centro de enseñanza”, cuenta.
Hay que demostrar con evidencias lo que se está haciendo. Las entidades acreditadoras son muy minuciosos, si encuentran que la facultad o la universidad está fallando en dos aspectos fundamentales reprueba, no obstante, dan la oportunidad de corregirlo. Igualmente, Conde comenta que una vez acreditada la institución debe seguir cumpliendo las normativas, debido a vendrá otra evaluación para ver si se puede renovar la acreditación.
Retos
Durante el proceso, cada vez que se hace una evaluación los estudiantes van mejorando. “En caso de identificar debilidades, nos reunimos con nuestros profesores para buscar soluciones, como incluir más temas y así reforzar la asignatura, agregar más horas a la clase o crear una materia especial”, manifiesta el decano. Quien también revela que el mayor reto es conseguir que la universidad completa se involucre. Por ejemplo, dice que “hay cosas que no dependen de una facultad sino de toda la universidad. Tienes que tener un departamento que ayude a los estudiantes y trabaje en base a un programa. Se debe tener un vínculo con los egresados y, si es necesario, remodelar alguna estructura, lo cual debe hacerse en conjunto”.
Acreditación
Es el reconocimiento público y temporal a la institución educativa, área, programa o carrera profesional que voluntariamente ha participado en un proceso de evaluación de su gestión pedagógica, institucional y administrativa que permite garantizar que las competencias profesionales a los estudiantes recibir una formación de calidad de los egresados de las instituciones acreditadas sean eficientes y, por ende, reflejen una formación de calidad.